Un equipo de investigadores de la Universidad de Tokio en Japón y la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia, liderados por Noriyuki Lee, ha tenido éxito al teleportar paquetes de ondas no clásicas de luz de un sitio a otro.
Esto, expresado en palabras simples, significa que por primera vez se ha logrado enviar datos de un sitio a otro de forma instantánea, sin necesidad de utilizar los “lentos” fotones clásicos que son incapaces de superar la velocidad de la luz.
Según los autores del trabajo, el sistema podría utilizarse en el diseño de ordenadores cuánticos más rápidos y capaces de transportar información de forma segura e instantánea.
Hace años que los científicos buscan la forma de convertir la teleportación cuántica prevista por las leyes de la física en un dispositivo real.
La “letra pequeña” de la física cuántica dice que, en determinadas condiciones, es posible transferir información entre dos puntos de forma instantánea, sin las limitaciones que impone la velocidad de la luz.
Pero una cosa es que algo sea posible (o permitido por las leyes que rigen el Universo) y otra muy diferente construir un aparato que lo convierta en realidad.
Se han realizado varios experimentos, algunos con resultados sorprendentes, pero según parece, han sido los investigadores de la Universidad de Tokio en Japón junto a los de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia, liderados por Noriyuki Lee, quienes han tenido éxito en construir lo que llaman “un aparato de teletransporte de banda ancha y con dispersión cero”.
Los resultados de este trabajo han sido publicados en la revista Science. Básicamente, lo que hicieron estos científicos fue enviar del punto A al punto B una serie de datos expresados a nivel cuántico mediante fotones.
Obviamente, lo interesante de esto es que no se han utilizado estas partículas de la misma manera en que se aprovechan en el interior de una fibra óptica, sino que se han empleado efectos cuánticos con nombres tan extraños como “constricción”, “sustracción fotónica”, “entrelazamiento” y “detección homodina”.
El resultado ha sido un dispositivo de teleportación capaz de teleportar paquetes de ondas no clásicas de luz de un lugar a otro logrando por primera vez que se transfiera toda la información sin que se pierda ningún fragmento en el proceso.
En este experimento, los puntos de salida y llegada (A y B) estaban relativamente cerca, pero la teoría detrás de todo este galimatías tecnológico pronostica que es posible hacer lo mismo entre dos puntos cualquiera del Universo.
Ni falta hace decir que un logro como este, convertido en un dispositivo comercial, cambiaría la forma en que nos comunicamos.
La posibilidad de transferir datos de forma instantánea (o lo que es lo mismo, en un tiempo igual a cero) implica que podríamos -por ejemplo- recibir todos nuestros correos electrónicos en un instante, descargar 1TB de datos en el mismo tiempo, o cualquier otra cosa que se te ocurra.
Pero hay algunas implicaciones más sutiles.
Si este tipo de tecnología se convierte en parte de los microprocesadores, por ejemplo, su velocidad de proceso también se incrementaría de forma impresionante, ya que las señales que viajan por su interior podrían llegar de un extremo al otro del dispositivo en un tiempo nulo.
Según los autores de este trabajo, el sistema empleado podría utilizarse para diseñar ordenadores cuánticos con características realmente asombrosas.
Según los autores del trabajo, el sistema podría utilizarse en el diseño de ordenadores cuánticos más rápidos y capaces de transportar información de forma segura e instantánea.
Hace años que los científicos buscan la forma de convertir la teleportación cuántica prevista por las leyes de la física en un dispositivo real.
La “letra pequeña” de la física cuántica dice que, en determinadas condiciones, es posible transferir información entre dos puntos de forma instantánea, sin las limitaciones que impone la velocidad de la luz.
Pero una cosa es que algo sea posible (o permitido por las leyes que rigen el Universo) y otra muy diferente construir un aparato que lo convierta en realidad.
Se han realizado varios experimentos, algunos con resultados sorprendentes, pero según parece, han sido los investigadores de la Universidad de Tokio en Japón junto a los de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia, liderados por Noriyuki Lee, quienes han tenido éxito en construir lo que llaman “un aparato de teletransporte de banda ancha y con dispersión cero”.
Los resultados de este trabajo han sido publicados en la revista Science. Básicamente, lo que hicieron estos científicos fue enviar del punto A al punto B una serie de datos expresados a nivel cuántico mediante fotones.
Obviamente, lo interesante de esto es que no se han utilizado estas partículas de la misma manera en que se aprovechan en el interior de una fibra óptica, sino que se han empleado efectos cuánticos con nombres tan extraños como “constricción”, “sustracción fotónica”, “entrelazamiento” y “detección homodina”.
El resultado ha sido un dispositivo de teleportación capaz de teleportar paquetes de ondas no clásicas de luz de un lugar a otro logrando por primera vez que se transfiera toda la información sin que se pierda ningún fragmento en el proceso.
En este experimento, los puntos de salida y llegada (A y B) estaban relativamente cerca, pero la teoría detrás de todo este galimatías tecnológico pronostica que es posible hacer lo mismo entre dos puntos cualquiera del Universo.
Ni falta hace decir que un logro como este, convertido en un dispositivo comercial, cambiaría la forma en que nos comunicamos.
La posibilidad de transferir datos de forma instantánea (o lo que es lo mismo, en un tiempo igual a cero) implica que podríamos -por ejemplo- recibir todos nuestros correos electrónicos en un instante, descargar 1TB de datos en el mismo tiempo, o cualquier otra cosa que se te ocurra.
Pero hay algunas implicaciones más sutiles.
Si este tipo de tecnología se convierte en parte de los microprocesadores, por ejemplo, su velocidad de proceso también se incrementaría de forma impresionante, ya que las señales que viajan por su interior podrían llegar de un extremo al otro del dispositivo en un tiempo nulo.
Según los autores de este trabajo, el sistema empleado podría utilizarse para diseñar ordenadores cuánticos con características realmente asombrosas.
Fuente: Neoteo
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