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lunes, 22 de noviembre de 2010

Portales magnéticos conectan al sol con la Tierra

NASA confirma la existencia de portales magnéticos que forman canales de interacción entre nuestro planeta y el sol; intercambio alquímico de información a través de conductos que se abren y cierran intermitentemente.
Antes de que termines de leer esta nota habrá ya ocurrido algo que hasta hace poco la mayoría de científicos negaba rotundamente que en realidad sucediera: un portal magnético se abra abierto, conectando a la Tierra con el sol a través de 150 millones de kilómetros que separan a nuestro planeta del astro central de la galaxia.

Toneladas de partículas energéticas de alta frecuencia serán transmitidas entre los dos cuerpos antes de que el portal se cierre de nuevo, lo cual ocurrirá aproximadamente cuando termines de leerla.

Este cuasi mágico fenómeno se conoce como eventos de transferencia de flujo o FTE por sus siglas en inglés (Flux Transfer Event). "Se llama evento de transferencia de flujo.

Hace diez años yo estaba completamente seguro que este fenómeno no existía pero ahora existe evidencia innegable de que es un hecho" afirma el físico espacial David Sibeck del Goddard Space Flight Center.

Pero además de lo sorprendente para algunos que implica la confirmación científica del FTE, también llama la atención que es un fenómeno que se repite varias veces a lo largo de un día, aproximadamente cada ocho minutos.

Desde hace tiempo los científicos sabían que la Tierra y el sol debían estar de algún modo conectados.



La magnetosfera de nuestro planeta (la burbuja magnética que rodea a la Tierra) esta repleta de partículas del sol que llegan hasta ahí por medio de las ráfagas de viento solar, eventualmente penetrando las defensas del campo magnético de nuestro planeta.

Y hoy sabemos que estas partículas son capaces de penetrar ya que viajan a través de campos magnéticos que enlazan directamente el suelo terrestre con la atmósfera del sol.

"Solíamos pensar que la conexión era permanente y que el viento solar podía gradualmente acercarse al ambiente cercano a la Tierra siempre que el viento estuviese activo.

Pero nos equivocábamos. Las conexiones no son estables en lo absoluto. Generalmente son cortas, intermitentes y con un alto dinamismo" afirma Sibeck.

De acuerdo con diversos especialistas en la materia el fenómeno de los eventos de transferencia de flujo se puede explicar, básicamente, de la siguiente manera: en el lado de la Tierra que es de día, es decir la zona más cercana al sol, el campo magnético de nuestro planeta presiona en contra del campo magnético del sol.

Aproximadamente cada ocho minutos los dos campos de funden o reconectan brevemente para formal un portal a través del cual pueden fluir partículas de energía. Este portal magnético, al cual han hecho alusión diversas disciplinas del ocultismo occidental, así como el arte alquímico de Arabia, y muchas otras tradiciones místicas desde fechas ancestrales, adquiere la forma de un cilindro magnético cuyo diámetro es del tamaño de la Tierra.

De hecho ya se han llevado a cabo misiones, tanto por parte de la NASA como por parte de la Agencia Espacial Europea, en los que se envían naves para sobrevolar el perímetro del portal e incluso para medir las dimensiones del mismo con relativa exactitud.

Ahora que se tiene información más detallada sobre el portal magnético y sobre los eventos de transferencia de flujo, los científicos analizan este fenómeno en busca de predecir su comportamiento con mayor detalle.

De acuerdo con otro físico espacial, el Dr Jimmy Raeder de la Universidad de New Hampshire, estos portales magnéticos tienden a formarse por encima de la banda ecuatorial de nuestro planeta y luego desplazarse hacia el polo invernal: en diciembre rolan hacia el Polo Norte y en Julio hacia el Polo Sur.

Una vez digerido el asombro de constatar la existencia de los FTE y superado el ego científico de aceptar que sucede algo que originalmente se negaba de manera rotunda, los investigadores se han volcado en profundizar su entendimiento frente a este fenómeno.

Incluso se han ya catalogado dos tipos diferentes de eventos de transmisión de flujo, los activos y los pasivos. Los primeros se refieren a cilindros magnéticos que permiten el flujo de partículas en forma fácil y estable.

Estos son importantes canales de energía de la magnetosfera de la Tierra. Por otro lado, los pasivos ofrecen mayor resistencia ya que su estructura interna no admite un paso fluido de partículas y campos.


Aún quedan decenas de interrogantes fundamentales para aspirar a un entendimiento pleno ante la existencia confirmada de portales magnéticos que enlazan el suelo firme de la Tierra con el sol.

Pero al parecer se ha dado un paso indispensable para su investigación a fondo: la aceptación, una etapa que en cientos de fenómenos "similares" la ciencia aún no ha sido capaz de transitar, prefiriendo sujetarse ciegamente a creencias tradicionales y a mapas de realidad que legitiman su papel histórico como decisivo juez entre lo falso y lo verdadero.

Por otra parte se confirma una más de las místicas alegorías que la sabiduría de ancestrales tradiciones había advertido y que hasta hora simplemente se habían considerado como meras alegorías. Y como dice la frase conocida como Tercera Ley de Clarke: "Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia".

Fuente: PijamaSurf

Una micronave de la NASA pone a prueba la vida en el espacio

Del tamaño de una barra de pan, Oreos transporta microbios comunes y elementos esenciales para la vida a 640 kilómetros sobre la Tierra.
La NASA ha lanzado al espacio un pequeño satélite del tamaño de una barra de pan que podría ayudar a responder algunas de las preguntas fundamentales sobre el origen, la evolución y distribución de la vida en el Universo.

El nanosatélite, conocido como O/Oreos (siglas de Organism/Organic Exposure to Orbital Stresses) fue disparado el viernes desde la Isla de Kodiak, en Alaska, a bordo del cohete de cuatro etapas Minotaur IV de la Fuerza Aérea de EE.UU. (Puedes ver el vídeo del lanzamiento unas líneas más abajo).

El ingenio transporta microbios y elementos esenciales para la vida que serán expuestos a las durísimas condiciones del espacio. El objetivo: comprobar la capacidad de supervivencia de los primeros y seguir la evolución de los «ladrillos» orgánicos. Su resistencia puede tener importantes implicaciones.

En órbita a unos 643 kilómetros sobre la Tierra, O/Oreos es especialmente pequeño. Pesa unos 5,5 kilos y es el primer satélite autónomo de la NASA de estas características capaz de realizar dos experimentos científicos independientes.

Su trabajo consistirá en poner a prueba formas de vida fuera de la órbita terrestre, una labor alternativa a las investigaciones en el campo de la astrobiología que ya se realizan en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) o en los transbordadores espaciales.

Tan solo unas horas después del lanzamiento, una orden de la estación de tierra ubicada en Santa Clara, California, pidió a la micronave que comenzará a llevar a cabo sus experimentos.

Y todo se puso en marcha. Los directores de la misión, los ingenieros y los científicos del proyecto recibirán datos diarios de las investigaciones de la pequeña sonda para su posterior análisis.

Los experimentos tendrán una duración de hasta seis meses, pero O/Oreos está programada para transmitir datos durante un año.

La nave probará la capacidad de dos tipos de microbios que se encuentran comúnmente en los estanques de sal en un estado seco y latente -Halorubrum chaoviatoris y Bacillus subtilis- para adaptarse al entorno espacial.

De esta forma, este experimento, denominado SESLO, proporcionará datos sobre el crecimiento, actividad y salud de los microorganismos mientras estén expuestos a condiciones extremas de radiación e ingravidez.

RADIACIÓN CÓSMICA

El segundo experimento, llamado SEVO, seguirá la evolución de cuatro clases de moléculas orgánicas distribuidas a través de nuestra galaxia, así como bloques de construcción de la vida.Estos compuestos será expuestos a la radiación ultravioleta (UV) y la radiación cósmica. Los científicos determinarán su estabilidad.

Como en anteriores misiones de pequeños satélites de la NASA, la Universidad de Santa Clara invita a los operadores radioaficionados de todo el mundo a sintonizar la transmisión del satélite. Los interesados pueden encontrar más información aquí.

Para los científicos, no se trata sólo de conocer cuánto resisten unos microbios en el espacio.

La posibilidad de que la vida viajara de planeta en planeta y llegara a la Tierra a través, por ejemplo, de un asteroide o de un cometa, ha captado la imaginación de la gente durante más de un siglo, pero son experimentos como estos los que pueden ayudan a sustentar, o no, esta teoría.

Fuente: ABC.es

Encuentran lo que podría ser un universo anterior al nuestro

El legendario físico Roger Penrose cree haber encontrado una ventana cosmólogica a otro universo, del cual se habría generado el nuestro, en un eterno proceso cíclico.
Como si el universo también fuera un organismo vivo capaz de reproducirse a partir de sí mismo, el físico Sir Roger Penrose, una leyenda viva de la cosmología, cree haber encontrado las pruebas de un universo anterior al Big Bang del cual nuestro universo actual se habría generado.

Actualmente el consenso científico es que el universo inició hace 13.7 mil millones de años con el Big Bang, sin embargo, la evidencia de Penrose podría implicar que nuestro cosmos es parte de un ciclo eterno, como sostiene la mitopoética hinduista, en la cual cada universo es equivalente a un sueño de Brahma, cuando el sueño REM del dios supremo se disuelve, el universo se disuelve (o entra en un estado de equilibrio de baja entropía).

El modelo actual mantiene que todo lo que ahora compone al universo estuvo concentrado en un único punto casi infinitamnete denso.

Antes de que esta singularidad explotara, dando inicio al universo, no había absolutamente nada, incluso no se puede usar el término "antes" en referencia a un cosmos pre Big Bang, ya que el tiempo todavía no existiría.

Esta versión de nuestra historia cósmica sostiene que el universo en su inicio padeció una inflación por una fracción de segundo y luego se estableció en una expansión más gradual que aún persiste y la cual terminará como un universo infinitamente expandido en un desierto de vacío donde las moléculas se habrán desintegrado.

Aunque esta es la versión más aceptada actualmente, algunos físicos notan que esta teoría tiene sus falencias (además de que filosóficamente se enfrenta con el problema lógico de haber creado algo a partir de la nada).

Penrose señala que el universo aparentemente nació en un estado de entropía muy bajo, lo que significa que originalmente existía un estado muy alto de orden y que esto es lo que hizo a toda la materia que nos rodea y de la cual estamos hechos.

Su objeción es que el modelo actual no puede explicar por qué existía un estado tan bajo de entropía. Un soluación para esto sería que nuestro universo es parte de una cadena infinita de universos, con cada Big Ban reemplazando un universo con otro.


Penrose mantiene que el final de cada universo involucra un regreso a un estado de baja entropía, como si se completara el ciclo de orden cósmico.

Esto sucede porque los agujeros negros absorben toda la materia, energía e información que encuentran, lo cual funciona para remover la entropía de nuestro universo (aunque nadie sabe bien a dónde se va la entropía).

La expansión del universo eventualmente hacia la nada hace que los agujeros negros se evaporen (como Brahma durmiendo sin soñar), lo cual deja al final al universo en un estado altamente ordenado, listo para contraerse a una nueva singularidad y detonar un nuevo Big Bang.

El físico británico, que también ha desarrollado un modelo de la conciencia relacionado a la gravedad cuántica, dice que ha encontrado evidencia de sus ideas en la radiación de fondo, la radiación de microondas que permea al universo y que se cree se formó 300 mil años después del Big Bang, y que provee un registro del universo en ese tiempo distante.

Penrose y su colega Vahe Gurzadyan han descubierto círculos concéntricos en la data proveniente de esta radiación que sugieren que existen regiones con una mucho menor temperatura que en otros sitios. Estos círculos concéntricos podrían ser ventanas hacia el universo previo, fluctuaciones esféricas dejadas atrás por los efectos gravitacionales del choque de agujeros negros en un universo anterior (¿flashbacks en la mente de Brahma?).

Penrose dice que estos círculos no encajan con el modelo inflacionario actual, según el cual todas las variaciones en la radiación de microondas de fondo deberían de ser completamente aleatorias.



El modelo propuesto por Penrose acabría con el universo inflacionario del mainstream de la física, aunque para que esto suceda es neecsario asumir que la partículas perderán su masa hacia el fin del universo, algo de lo que actualmente no existe evidencia; actualmente no hay señales de que los electrones sufran una decadencia.

En cierta medida los cosmólogos son los nuevos narradores de historias colectivas, imaginando con bases matemáticas el origen y el destino de nuestro universo.

El mismo Penrose ha escrito que no cree que nuestro universo esté aquí por mera casualidad y que piensa que tiene un próposito.

Un universo cíclico que se recrea después de que su universo madre ha llegado a su conclusión en equilibrio cósmico total, es una narrativa ciertamente atractiva y poderosamente intuitiva. Universos como proyectos dentro de una mente insondable que no podemos observar tal vez porque estamos dentro de ella.

Y ¿son estos universos distintos, conforme a una intención y a un estilo cambiante, o son los loops orgánicos de una historia eterna destinada a repetirse y yo ya me hecho esta pregunta y tu ya has leído este texto infinitas veces?


Fuente: Pijamasurf