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domingo, 13 de junio de 2010

IMPACTO EN JUPITER: El misterio de los restos que faltan

Imagen compuesta en color del destello del impacto del 3 de junio 2010 en Júpiter. Crédito: Anthony Wesley, Broken Hill, Australia.

Hace aproximadamente una semana, el 3 de junio, el gigante gaseoso Júpiter fue impactado violentamente por un asteroide. El evento fue filmado por astrónomos aficionados, que rápidamente dieron la alerta a sus colegas profesionales.

Numerosos telescopios y cámaras de todo el mundo apuntaron al lugar del incidente. Expertos y legos por igual, estaban esperando ver la mancha de desechos causada por la colisión.

Ahora, días después siguen sin ver nada semejante, ahora hay muchos curiosos en lo que a "basura" espacial se refiere.



¿Cuál fue exactamente la causa de este destello de luz? y ¿por qué desapareció sin dejar rastro?

"Es como si Júpiter sólo se tragara esa cosa. Fue emocionante ver el impacto, pero la ausencia de cualquier residuo visible nos tiene intrigados", explican los astrónomos aficionados Anthony Wesley (Australia) y Christopher Go (Filipinas).

Este equipo fue el primero en observar el destello brillantes que acompañó el impacto en el gigante gaseoso. La falta de escombros es algo que no nos esperaríamos encontrar como consecuencia de una colisión.

Cuando los fragmentos del cometa Shoemaker-Levy 9 chocaron contra el planeta en 1994, las nubes de desechos oscuros generadas por las colisiones fueron visibles durante mucho tiempo.

Una de las posibles explicaciones de por qué no hay una mancha de desechos es que la colisión nunca sucedió, según proponen algunos astrónomos. Argumentan que el destello de luz puede haber sido simplemente un rayo muy potente en la atmósfera de Júpiter, un fenómeno fuera de lo normal.

Pero otros no están de acuerdo. "Considero que esto es muy, muy improbable puesto que las sondas de la NASA han visto rayos en Júpiter muchas veces antes, pero sólo en lado nocturno del planeta. Este evento en el lado diurno debería ser increíblemente más potente que cualquier relámpago visto anteriormente.

Ni siquiera Júpiter produce rayos tan grandes", señala Glenn Orton, científico planetario del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA en Pasadena, California.

"Hemos visto cosas impactando contra Júpiter antes, y el fogonazo del impacto siempre ha estado acompañado a continuación por algún tipo de desechos", añade el experto.

"El resplandor provino de una altura por encima de las capas de cirros, por lo que los desechos deberían ser claramente visibles, si existen", Orton dice, explica que el evento luminoso se observó en el Cinturón Ecuatorial Sur del planeta gigante (SEB).

Esto no tendría nada de inusual en sí mismo, si no fuera por el hecho de que dicha formación desapareció a principios de este año. Los astrónomos están investigando una posible correlación entre los fenómenos.
Enormes manchas de desechos producidas por el impacto del cometa SL-9 en 1994.

Pero las nuevas observaciones realizadas también otras implicaciones, en términos de seguridad planetaria. "Júpiter es impactado con más frecuencia de lo esperado.

A partir de 1994 cuando el cometa Shoemaker-Levy 9 (SL-9) impactó contra Júpiter, calculamos que deberíamos ver un impacto en Júpiter una vez cada cien años aproximadamente. Nosotros consideramos tener una suerte extraordinaria en presenciar el impacto del SL-9. Pero consideremos la situación actual.

Anthony Wesley ha observado dos impactos en los últimos 12 meses. Es hora de revisar nuestros modelos de impacto [en particular para] cuerpos impactadores pequeños", explica el responsable del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOs) del JPL, Don Yeomans.

Esta frecuencia creciente de impactos podría también tener implicaciones para la seguridad en la Tierra, aunque el alcance exacto de la amenaza aún no se ha determinado.

Fuente : NASA

LOS TERREMOTOS DEL 2010

Durante este último año, 2010, el discurso geomagnético de nuestro planeta ha manifestado una cierta altisonancia que pude inducir diversas reacciones en la psique colectiva.

Terremotos como el de Haití y Chile, la erupción volcánica de Islandia, y diversos fenómenos geológicos, nos invitan a preguntarnos sobre el mensaje que la Tierra tiene para nosotros.

Pero más allá de la superstición, la paranoia, o la retórica new age en torno a probables cataclismos, tenemos también datos duros que nos sugieren la presencia de que algo “anormal” esta sucediendo en las entrañas de nuestro planeta: el ritmo de los terremotos.

Algunos podrán explicarlo alegando la obscura experimentación del proyecto HAARP, conducida por el gobierno estadounidense, otros podrán aludir a las míticas revelaciones en torno al 2012, y algunos más podrán explicarlo simplemente como un proceso natural en la evolución cíclica de la geología terrestre.

El objeto de estas líneas, sin tomar en cuenta las posibles dilucidaciones y teorías más radicales, sobre las cuales ya mucho se ha hablado, es simplemente echar un vistazo fáctico al patrón de los terremotos registrados durante este 2010 y luego reflexionar, brevemente, sobre la naturaleza de este fenómeno.

De acuerdo con la información recavada por el USGC (United States Geological Survey), que registra los terremotos ocurridos desde 1900, si comparamos el número de sismos ocurridos durante este año, con una magnitud de entre 5.0 y 5.9 grados en la escala de Richter (los menores a 5 difícilmente tienen repercusiones y por eso no se registran) nos damos cuenta que han aumentado en un 139% con respecto al promedio mostrado en la última década, y en un 163% en comparación con el promedio registrado desde 1900.

En cuanto a los sismos de entre 6.0 y 6.9 comprobamos que han aumentado en un 130% en comparación a los últimos 10 años, y en un 140% con respecto al patrón denotado durante el último siglo.
Previo a buscar causas místicas o metageológicas es importante considerar que la Tierra, como el alma del río o como la ley budista de la impermanencia (nada es absoluto más que la impermanencia del holograma) tiene una naturaleza hipercíclica, siempre cambiante: la eterna danza de las placas tectónicas en cálido útero planetario, el magma.

Y este permanente movimiento implica una evolución constante que puede simular la ruptura de patrones establecidos. Por otro lado podemos considerar que la esencia de todo patrón, visto a una escala difícilmente accesible para la mente humana ,es el simple y siempre elegante caos: es decir, la presencia de fenómenos inesperados de acuerdo a un mapa de referencias establecido.




Sin embargo, tampoco puede negarse una cualidad profundamente poética manifestada en este fenómeno… Intuitivamente parece que la única alternativa que tenemos es la de escuchar este discurso geológico de la tierra, observarlo, y quizá, por que no, celebrarlo con esa.

Básicamente se trata de afrontarlo con esa épica tranquilidad que sólo puede darte el saber que estas andando tu camino y que no hay lenguaje en este universo con el cual no puedan mantener un diálogo armónico a través de esta arquetípico conjunto de actividades: escuchar, observar, y caminar.

Fuente: pijamasurf