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viernes, 11 de marzo de 2011

Estudio relaciona el núcleo de la Tierra con el cambio climático

Un nuevo estudio de los datos de la rotación de la Tierra, los movimientos del núcleo fundido y la temperatura global en la superficie ha revelado correlaciones interesantes.
La evidencia más reciente del papel predominante que desempeñan los seres humanos en el cambio del clima de la Tierra no proviene de observaciones de los océanos de la Tierra, la atmósfera o de la superficie de la Tierra, sino de su núcleo fundido.

Los científicos han sabido durante mucho tiempo que la duración de un día en la Tierra, el tiempo que tarda el planeta en dar una vuelta completa, fluctúa en torno a un promedio de 24 horas. En el transcurso de un año, la duración del día varía alrededor de 1 milisegundo, siendo los días más largos en invierno y más cortos en verano.

Estos cambios estacionales en la longitud del día de la Tierra son provocados por los intercambios de energía entre la litosfera y los movimientos de fluidos de la atmósfera de la Tierra (vientos y cambios en la presión atmosférica) y con sus océanos.

Los científicos pueden medir estos pequeños cambios en la rotación de la Tierra mediante técnicas observacionales astronómicas y geodésicas muy precisas.

Pero la duración de un día terrestre también fluctúa en escalas de tiempo mucho más largas: interanuales (de 2 a 10 años), decenales (aproximadamente 10 años), o aquellas que duran varias décadas o incluso más tiempo.

Se observó que un modo de escala de tiempo dominante, que varía entre 65 y 80 años, cambió la duración del día en aproximadamente 4 milisegundos a principios del siglo XX.

Estas fluctuaciones son ya demasiado grandes para ser explicadas por los movimientos de la atmósfera terrestre y de los océanos. Son debidas en cambio, al flujo de hierro líquido del núcleo exterior de la Tierra, donde se origina el campo magnético de la Tierra.

Esta interacción con el manto de la Tierra afecta la rotación del planeta. Aunque los científicos no pueden observar directamente estos flujos, pueden deducirse sus movimientos observando el campo magnético de la Tierra en la superficie.

Los estudios previos habían demostrado que esta corriente de hierro líquido, oscila en el núcleo externo de la Tierra, en ondas de movimiento que duran décadas, con escalas de tiempo que se corresponden estrechamente a las variaciones a largo plazo de la duración del día de la Tierra.

Sin embargo, otros estudios han observado una relación entre las variaciones a largo plazo de la duración del día de la Tierra y las fluctuaciones a largo plazo de hasta 0,2º C de la temperatura media global del aire de la superficie de la Tierra.

Entonces, ¿cómo estas tres variables (la rotación de la Tierra, los movimientos en el núcleo y la temperatura global del aire en la superficie pueden relacionarse?

Eso precisamente es lo que los investigadores Jean Dickey y Steven Marcus, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en Pasadena, California, y su colega Olivier de Viron de la Universidad Diderot e Institute de Physique du Globe de Paris en Francia, se propusieron descubrir en el primer estudio de este tipo.

Los científicos trazaron mapas de los datos existentes de un modelo de movimiento de fluidos en el núcleo de la Tierra y de los datos anuales de la duración del día en relación a dos series de tiempo de la temperatura global anual media de la superficie: una desde el Instituto Goddard de Estudios Espaciales de Nueva York que comienza en 1880, y otra desde la Met Office del Reino Unido que comienza en 1860.

Puesto que la temperatura total del aire consta de dos componentes: los cambios de temperatura sucedidos de forma natural y los provocados ​​por las actividades humanas, los investigadores utilizaron los resultados de los modelos climáticos computerizados de la atmósfera y los océanos de la Tierra debidos a las actividades humanas.

Estos cambios de temperatura producidos por el hombre se restan a continuación de las temperaturas totales observadas para crear registros de temperatura corregidos.

Los investigadores descubrieron que los registros de temperaturas sin corregir se correlacionan fuertemente con los datos de los movimientos del núcleo de la Tierra y con la duración del día, hasta alrededor de 1930.

Después comienzan a a diverger considerablemente, es decir, las temperaturas globales del aire en la superficie continúan aumentando, pero sin los correspondientes cambios en la duración del día de la Tierra o en los movimientos del núcleo.

Esta divergencia se corresponde con una tendencia sólida y bien documentada de calentamiento global que ha sido atribuida en su mayor parte al aumento de los niveles de gases de efecto invernadero producidos por el hombre.

Pero un exámen de los registros de temperatura corregidos ha dado resultados diferentes: los registros de temperatura corregida mantienen una fuerte correlación con la duración del día y con los movimientos del núcleo de la Tierra a lo largo de toda la serie de datos de temperatura. Los investigadores realizaron rigurosas pruebas para confirmar la importancia estadística de sus resultados.

"Nuestra investigación demuestra que, durante los últimos 160 años, los períodos decenales y los cambios a largo plazo en la temperatura atmosférica se corresponden con cambios en la duración del día, si le restamos el importante efecto del calentamiento de la atmósfera atribuido a la acumulación de gases de efecto invernadero debidos a la acción humana," explicó Dickey.

"Nuestro estudio implica que la influencia humana sobre el clima durante los últimos 80 años, enmascara el equilibrio natural que existe entre la rotación de la Tierra, el momento angular del núcleo y la temperatura de la superficie."

Entonces, ¿qué mecanismo está impulsando estas correlaciones? Dickey afirmó que los científicos no están seguros todavía, pero ofreció algunas hipótesis.

Dado que los científicos conocen que la temperatura del aire no puede afectar a los movimientos del núcleo de la Tierra o a la duración del día, existe la posibilidad de que el movimiento de núcleo de la Tierra podría afectar nuestro escudo magnético contra las corrientes de partículas cargadas (es decir los rayos cósmicos), que se ha teorizado que pueden afectar la formación de nubes.

Este efecto podría afectar a la fracción de energía solar que es reflejada hacia el espacio y a la cantidad de energía solar absorbida por nuestro planeta.

Independientemente de las posibles relaciones que puedan establecerse entre la Tierra sólida y el clima, Dickey afirmó que los impactos de la Tierra sólida en el clima siguen siendo eclipsados por efectos mucho mayores producidos por los gases de efecto invernadero atribuidos a la actividad humana.

"La litosfera desempeña un papel, pero la solución definitiva para abordar el cambio climático sigue estando en nuestras manos", concluyó.

Los resultados del estudio fueron publicados recientemente en el Journal of Climate.

Fuente: NASA

Documentos del MOD británico revelan que algunos Crop Circles son de origen no humano..¡¡

Muchos investigadores creen que los círculos de la cosechas están formados por algo de otro mundo. Los documentos del Ministerio británico de Defensa desclasificados recientemente parecen apoyar sus conclusiones. Testigos en Inglaterra dijeron haber visto extrañas luces en torno a la formación de círculos de las cosechas.
...En una cuenta, el Ministerio de Defensa recibió un informe de una observación sobre el puente QEII en Dartford el 1 de noviembre de 2000.

El testigo describió haber visto un puntito de luz como dardos de un lado a otro de forma errática durante 10 segundos después de las 9:30

Un grupo de la ronda, óvalo de oro muy brillante fueron vistos en Gravesend el 29 de mayo de ese año.

El espectador, que se produjo al interior en el momento, dijo que fue un torbellino pequeños, a continuación, los ocho óvalos y apareció colgado en el aire durante más de 10 minutos.

Se les describe como el movimiento de una forma rápida pero suave deslizamiento de movimiento.

El testigo afirma vecinos también vio los objetos alrededor de 21:45.

Dos años antes, un astro brillante pulsante fue vista en el cielo desde el borde sur-este de Gravesend. El objeto fue descrito como la realización de una rueda de carro lento a través del cielo alrededor de las 12.30 los 12 de octubre.

Los hermanos que informarón de la ubicación para ver el fenómeno utilizando los prismáticos ....( veces Dartford)

Algunos han argumentado que estos diseños de cultivos extraños se forman por un fenómeno natural.

Pero ¿cómo explicar las figuras y formas geométricas? Esto sólo puede explicarse por un diseño intencional.

Sin embargo, otros argumentan que estos círculos de las cosechas están siendo realizados por bromistas. Indudablemente algunos de ellos. Pero esto no puede explicar lo que los testigos han informado al presenciar la formación de estos círculos.

Así que la mejor explicación es que algunos de estos círculos de las cosechas son hechos por el diseño inteligente, pero no de los humanos, significa que hay algunos seres de algún lugar han creado muchos de estos círculos.

Fuente: Grant Lawrence

ALERTA AL MUNDO POR MUERTE DE ABEJAS

I - LA DESAPARICIÓN DE LAS ABEJAS YA ES UN PROBLEMA GLOBAL
La creciente desaparición de las abejas en todo el mundo está poniendo en peligro la polinización de los cultivos.
La polinización de los cultivos, esencial para la alimentación de la humanidad, está en peligro por la creciente desaparición de abejas en todo el mundo. Un problema que ya puede considerarse global, después del informe hecho público ayer por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que asegura que este fenómeno se ha extendido a nuevas regiones del planeta.

Hasta ahora, sólo se había registrado un alarmante aumento de muertes en EEUU y en algunas regiones de Europa, incluida España. Sin embargo, según el informe de PNUMA, en los últimos años el problema se ha extendido a Australia, China, Japón y el norte de África, en la ribera del Nilo.

El informe señala que esta grave disminución de las colonias se debe a múltiples factores, como el cambio climático, la contaminación, los pesticidas y el creciente papel de determinados parásitos, que están mermando los cultivos.

La importancia de estas desapariciones es altísima, ya que en las últimas décadas se ha multiplicado el número de cultivos dependientes de la polinización por abejas.

En el caso de determinadas frutas, la producción de semillas disminuye en más del 90% al desaparecer estas eficientes polinizadoras.

Fuente: Publico.es

II - COLONIAS DE ABEJAS DISMINUYEN POR INSECTICIDAS Y CONTAMINACIÒN
El número de colonias de abejas -responsables de la polinización, esencial para garantizar la alimentación de la humanidad- está disminuyendo, en parte por el uso extendido de insecticidas y otros químicos, así como por la contaminación.
Un informe científico de la ONU sobre los desórdenes y amenazas contra los insectos polinizadores, advierte de que “el declive de los polinizadores necesarios para alimentar a la creciente población mundial continuará si no hay cambios profundos en la manera en que los seres humanos manejan el planeta”.

Un número cada vez mayor de químicos utilizados en la agricultura se han mostrado “perjudiciales o tóxicos para las abejas”, mientras que los cambios en los periodos de floración de las plantas y de los patrones de lluvia constituyen otra grave amenaza, afirma el documento.

Los científicos también alertan sobre la eventual pérdida en las próximas décadas de unas 20.000 especies de plantas que florecen y de las que muchas especies de abejas dependen para su alimentación.

Únicamente unos esfuerzos serios de conservación podrían contrarrestar esa tendencia, según el estudio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Una amenaza extra que pende sobre las abejas es la aparición de nuevos tipos de patógenos fungicidas, que pueden ser mortales para ellas y otros insectos polinizadores, y que han sido descubiertos alrededor del mundo “viajando de una región a otras en cargamentos marítimos”.

Una consecuencia, apunta el documento, de la globalización y del comercio internacional.

Las abejas -salvajes y domesticadas- juegan un rol fundamental en la cadena alimenticia, pues de la polinización dependen muchas frutas, frutos secos, vegetales, legumbres y semillas de cultivos, en suma la seguridad alimentaria.

Se ha establecido igualmente que el rendimiento de ciertas frutas, semillas y cultivos de frutos secos se reduce en un 90 por ciento sin “polinizadores altamente eficientes”.

Así, “de las cien especies de cultivos que aportan el 90 por ciento de los alimentos, 70 son polinizadas por abejas”, según el informe, que cifra entre 22.800 y 57.000 millones de dólares el valor económico global de los servicios de polinización (incluido el mercado de la apicultura).

Además, las abejas son un “indicador precoz” del impacto de las condiciones de vida en la Tierra -como consecuencia de la actividad humana- en las plantas y animales.

Como alternativas de solución, los expertos del PNUMA plantean un uso más cuidadoso -tanto en su elección y aplicación- de los insecticidas y otros químicos, pues si bien las colmenas domésticas pueden ser alejadas de entornos demasiado dañinos, esa posibilidad no existe para los polinizadores salvajes.

También los herbicidas y pesticidas han mostrado tener un impacto negativo al reducir la disponibilidad de plantas y flores salvajes necesarias para la alimentación de las abejas.

A ello se suma que pueden provocar el eventual envenenamiento de los polinizadores y debilitar el sistema inmunitario de las abejas de miel.

Los expertos advirtieron de que, incluso si se opta por transportar abejas de una granja a otra para que éstas aporten sus “servicios de polinización”-en vista de que cada vez se puede contar menos con los que provee la naturaleza-, la tasa de mortalidad de los insectos que sufren ese traslado es elevada (10 por ciento de la colonia).

En Estados Unidos, por ejemplo, unas 2 millones de colonias de abejas viajan cada año a través del territorio.

Fuente: ABC.COM.PY

NASA advierte aceleración del derretimiento de los polos

Datos de dos décadas muestran que el derretimiento de hielo en la Antártica y Groenlandia aumenta en 36 gigatoneladas cada año.
Fotografía donde se aprecia una vista de deshielo en el oeste de Groenlandia. | Efe
Las capas de hielo que cubren Groenlandia y la Antártica tienen suficiente agua como para elevar en 64 metros el nivel de los mares si se derritieran por completo.

Un escenario extremo que no ocurrirá, al menos, durante el presente siglo. Sin embargo, un nuevo informe elaborado por la Agencia Espacial Norteamericana (Nasa), advierte que en los últimos años se ha acelerado el ritmo en que se derrite el hielo en los polos y que las predicciones realizadas por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la ONU (ICPP), en 2007, se harán realidad 50 años antes de lo estipulado.

De hecho, las proyecciones realizadas por el ICPP a partir de investigaciones publicadas entre 2005 y 2006 indicaban que en el escenario más optimista, los océanos se elevarían entre 18 y 38 cm durante el siglo XXI, mientras que en el escenario más pesimista ese incremento fluctuaría entre 26 y 59 cm.

Con datos nuevos en la mano, los científicos de la Nasa concluyeron que si las actuales tasas de derretimiento de hielo se mantienen por las próximas cuatro décadas, hacia 2050 este fenómeno podría contribuir por sí solo a incrementar en 15 cm el nivel del mar y sumado a otros factores como el derretimiento de los glaciares y la expansión térmica del mar, su nivel se podría elevar 32 cm.

"Si uno lo proyecta hasta 2100, claramente estamos cercanos al metro o más de incremento en el nivel del mar", dice Gino Casassa, glaciólogo del Centro de Estudios Científicos (Cecs).

El investigador fue parte del equipo de 600 científicos que participó en la elaboración del Informe publicado por el ICPP y reconoce que los nuevos datos aportados por la Nasa "exceden con creces todas las cifras publicadas por el Panel".

EN AMBOS POLOS

El trabajo de la Nasa combinó mediciones mensuales realizadas por un satélite entre 1992 y 2009 con datos arrojados por modelos climáticos atmosféricos para calcular la cantidad de hielo que están perdiendo los polos.

De esta manera los investigadores establecieron que en 2006, tanto Groenlandia como la Antártica perdieron 475 gigatoneladas de hielo (cada giga-ton es equivalente a mil millones de toneladas métricas).

Además descubrieron que durante el período en estudio el derretimiento de hielo creció en promedio 36,3 gigatoneladas cada año. "Que las capas de hielo serán la principal causa del aumento del nivel del mar en el futuro no es sorprendente, ya que poseen una masa de hielo mayor que los glaciares de montaña.

Lo sorprendente es que esta mayor contribución de las capas de hielo ya está sucediendo", dice Eric Rignot, autor principal del estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters.

La aceleración en el derretimiento de los polos se produciría principalmente por el aumento en la temperatura del mar. Según el IPCC, la temperatura superficial del mar ha aumentado en 0,1° C entre 1961 y 2003.

Un alza gatillada por el aumento de la temperatura atmosférica que ha hecho que el mar desintegre los bordes de las grandes capas de hielo, facilitando su derretimiento.

El informe de la Nasa también confirmó que la pérdida de hielo no es igual en ambos polos: mientras en Groenlandia el derretimiento aumenta 21,9 gigatoneladas cada año, en la Antártica lo hace 14,5.

En esta última la situación es paradójica: mientras algunas zonas (como el Mar de Amundsen, al oeste de la península antártica) se están calentando y produciendo un derretimiento acelerado del hielo, otras como la Antártica Oriental y el mar de Weddel, se están enfriando por el aumento de las lluvias en las latitudes cercanas al polo.

Casassa, sin embargo, es claro y asegura que lo que domina claramente es el derretimiento.

Fuente: LaTercera