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martes, 27 de julio de 2010

Boulder (Colorado): una ciudad verde en el corazón de los Estados Unidos

La ciudad de Boulder, en el estado de Colorado, se encuentra a los pies de las Montañas Rocosas y está rodeada por un cinturón impresionante de parques municipales y espacios naturales. Pero no por eso se la conoce como una de las ciudades más verdes de los Estados Unidos, sino por los esfuerzos que se han hecho los últimos años para aumentar la eficiencia energética de los edificios públicos, comerciales, industriales y residenciales.
El objetivo del Plan local de sostenibilidad es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 2012 un 7% respecto de 1990, compromiso que Estados Unidos hubiera tenido con el Protocolo de Kioto si hubiera ratificado.

Es la cifra que se han marcado los más de 500 alcaldes firmantes del Pacto de Alcaldes de Protección Climática de los Estados Unidos.

Con ello, los casi cien mil habitantes de Boulder todavía estarán un 85% por encima de lo marcado en el protocolo de Kyoto, pero lo que es destacable es que ya se ha conseguido cambiar la tendencia de aumento continuado de las últimas décadas y han comenzado a disminuir el consumo de energía.

Una de las claves es una normativa estricta de eficiencia energética que se aplica a todos los edificios de nueva construcción y a los que se rehabilitan. Y, sobre todo, la aplicación de medidas en las casas, oficinas y negocios ya existentes.

Ahorro de energía casa a casa

El 25% de las emisiones del área de Boulder provienen de las viviendas particulares, sobre todo por la calefacción y el aire acondicionado.

Y mucha de esta energía se pierde. Cada año, el americano medio derrocha el equivalente a 450 dólares de climatización debido al aislamiento deficiente de las casas. Por eso este es uno de los objetivos primordiales de la campaña Climate Smart del municipio.

Para ofrecer las soluciones más adecuadas en cada casa, los residentes pueden solicitar una auditoría energética a un coste muy reducido, e incluso prácticamente gratuita en el caso de las personas con ingresos bajos y las entidades sin ánimo de lucro.

A partir de aquí, se informa de las medidas que se pueden adoptar, tanto para mejorar el aislamiento como para aumentar la eficiencia de la iluminación, las calderas y las bombas de refrigeración.

La aplicación de las medidas se incentiva con la concesión de créditos baratos para ponerlas en marcha y con ayudas para las familias con menos recursos.

Además, para dar a conocer todo este programa y aumentar la concienciación ciudadana, se han repartido un millar de lotes de bombillas de bajo consumo con material explicativo con buenas prácticas, como apagar el stand-by de televisores y ordenadores cuando no se están utilizando. Y se remarca el efecto directo de los planes de ahorro de energía en las facturas del gas y la electricidad.

Electricidad renovable e inteligente

Las autoridades de Boulder también inciden en la importancia de las energías de fuentes renovables.

Una primera medida es elegir el suministro de energía de origen eólico que ofrecen como posibilidad la mayoría de empresas eléctricas norteamericanas.

Y se quiere aumentar la producción local con la instalación de nuevas turbinas en el territorio, en colaboración con la Universidad de Colorado.

En cuanto a la energía solar, se ofrecen diversas ayudas y descuentos para la adquisición e instalación de placas.

Además, en algunos barrios se está instalando una nueva red eléctrica de última generación, con un sistema digitalizado que permite conocer al detalle, y a través de Internet, el consumo de cada abonado, por meses, días o incluso en periodos de 15 minutos.

El análisis de esta información permite a los usuarios detectar en que están gastando más energía y encontrar maneras de reducir el consumo. Además, el sistema permite detectar de manera inmediata las alteraciones de corriente o los apagones y restablecer la normalidad del servicio más rápidamente.

Comercio e industria, aliados imprescindibles

El sector comercial supone el 31% de las emisiones de la ciudad de Boulder y las industrias, un 18%. Entre las dos, pues, generan la mitad de gases de efecto invernadero y se hace evidente que la lucha contra el cambio climático pasa necesariamente por su colaboración.

En Boulder se les proporciona asesoramiento para implementar medidas de ahorro energético, basándose, además, en las cifras que demuestran que las inversiones en mejorar la iluminación y otras instalaciones eléctricas se recuperan en menos de dos años. Y existen incentivos fiscales para las empresas que optan por el uso de energías renovables.

Algunas compañías están poniendo en marcha nuevas instalaciones que aspiran a ser energéticamente autosuficientes. Es el caso de una nueva planta de la empresa Frito-Lay, que combina aplicaciones de alta eficiencia con energía solar y recuperación de metano para reducir la dependencia de combustibles fósiles en un 90%.

Otras medidas, implantadas en una primera etapa en instalaciones municipales, incluyen la creación de jardines en las azoteas de los edificios, o bien pintar los tejados de colores claros o reflectantes. Y los semáforos de bombillas incandescentes se han cambiado por unos de LEDs que se alimentan con placas fotovoltaicas.

Sobre ruedas

El tráfico de vehículos es la tercera fuente de emisiones de Boulder, con más de un 20%. Modificar la dependencia que se tiene del vehículo privado en una ciudad de Estados Unidos no es una tarea sencilla, pero están intentando promover los desplazamientos a pie y en bicicleta donde es viable. Además, se promocionan algunos biocombustibles y la introducción de vehículos eléctricos o híbridos.

Una de las iniciativas más interesantes es la que llaman 'incentivos para los coches limpios'. Los coches menos eficientes y más contaminantes pagan un impuesto extra que se reinvierte en subvencionar a los que compran vehículos más limpios.

La medida se ha mostrado efectiva y parece que los fabricantes de automóviles están tomando nota para mejorar la eficiencia de los vehículos. Por ello, y porque varios estados, encabezados por California, ya han aprobado normativas que obligan a que los vehículos que se vendan a partir de 2016 provoquen un 30% menos de emisiones que los actuales.

En Colorado aún no lo han aprobado, pero uno de los objetivos de las autoridades de Boulder es presionar al estado para que se sume a la iniciativa.

Visite su página web: http://www.bouldercolorado.gov/

Fuente: Sostenible

VIVIMOS DENTRO DE UN AGUJERO NEGRO?

Científicos se toman muy en serio la inquietante posibilidad de que el Universo esté dentro de un devorador de materia.

Un universo puede existir dentro de cada agujero negro.

Es una inquietante posibilidad que, sin embargo, algunos científicos se están tomando muy en serio.

La idea de que todo nuestro Universo podría estar dentro de un agujero negro es una conclusión que se basa en una modificación de las ecuaciones de la relatividad general de Einstein, esas que explican, entre otras cosas, lo que sucede en el interior de uno de estos devoradores espaciales de materia.

A partir de un detallado análisis del movimiento de las partículas que entran en un agujero negro, Nikodem Poplawski, de la Universidad de Indiana, ha llegado a la conclusión de que, en realidad, existe todo un universo dentro de cada agujero negro.

Su teoría acaba de publicarse en Physics Letters y ha sido recogida por New Scientist.

"Pudiera ser -dice Poplawski- que los grandes agujeros negros que hay en en centro de la Vía Láctea y de otras galaxias sean, en realidad, puentes hacia otros universos".

Si la hipótesis se revela correcta, nada nos impide pensar que también el universo en que vivimos se encuentra, en realidad, dentro de un agujero negro.

Según las teorías de Einstein, en el interior de cada agujero negro existe una "singularidad", una región de espacio en la que la densidad de la materia tiende a infinito.

La enorme fuerza de gravedad de ese condensado ultradenso de materia es tal, que ni siquiera la luz puede escapar de él. Por eso, para nosotros esos objetos son "negros", porque no emiten luz y no podemos verlos, ni obtener, en teoría, ninguna clase de información procedente de su interior.

Sin embargo, y dado que nunca ha podido comprobarse directamente, la Física no tiene del todo claro lo que es realmente una singularidad. ¿Un simple punto de densidad infinita o una especie de irregularidad matemática? Por desgracia, igual que la materia misma, también todas nuestras ecuaciones se "rompen" cuando intentan explicar lo que sucede dentro de un agujero negro.

La propiedad de la «torsión»

Pero una sutil modificación en las ecuaciones originales de Einstein puede dar unos resultados completamente distintos. Y eso es precisamente lo que ha hecho Poplawski.

Para su análisis, el científico se basó en la variante Einstein- Cartan- Kibble- Sciama (más conocida por las iniciales de los cuatro investigadores, ECKS).

A diferencia de las ecuaciones de Einstein, el modelo ECKS tiene en cuenta el espín (o momento angular) de las partículas elementales. Lo que permite calcular una propiedad de la geometría del espacio tiempo que los físicos llaman "torsión".


Cuando la densidad de la materia alcanza proporciones enormes dentro de un agujero negro (del orden de 10 elevado a 50 kg por metro cúbico), la torsión se manifiesta como una fuerza que se opone a la gravedad, lo que impide a la materia seguir comprimiéndose indefinidamente en pos de la densidad infinita.

Lo que significa, en pocas palabras, que no hay singularidad. En su lugar, asegura Poplawski, la materia "rebota" y empieza de nuevo a expandirse.

Con estas premisas, el científico ha aplicado ahora sus ideas para realizar un modelo del comportamiento del espacio-tiempo dentro de un agujero negro en el instante en que éste empieza a "rebotar". Se podría entender el fenómeno pensando en lo que sucede cuando ejercemos presión sobre un muelle: al soltarlo, rebota con fuerza y vuelve a estirtarse.

De la misma forma, opina Poplawski, al principio la gravedad es más fuerte que la fuerza repulsiva de torsión, y por lo tanto empieza a comprimir la materia; pero la repulsión se va haciendo cada vez más y más fuerte hasta que la materia deja de colapsar y rebota, expandiéndose de nuevo.

En otro universo

Los cálculos del físico muestran que el espacio-tiempo en el interior de un agujero negro se expande cerca de 1,4 veces su tamaño mínimo en apenas 10 elevado a -46 segundos, lo que es una cantidad inimaginablemente corta de tiempo (uno partido por uno y 46 ceros).

Y es, según Poplawski, precisamente este rapidísimo rebote lo que dio origen a la expansión del universo que podemos observar en la actualidad.

Pero, ¿cómo podemos saber si efectivamente estamos o no viviendo dentro de un agujero negro? Si Poplawski tuviera razón, ninguno de nosotros estaría viviendo dentro de lo que consideramos "nuestro" universo, sino en el interior de un agujero negro que estáría en "otro" universo diferente.

Y para comprobarlo no tenemos más que medir si existe una "dirección preferida" en nuestro propio universo.

Un agujero negro en rotación, en efecto, transmite una parte de su espín al espacio-tiempo que hay en su interior, lo que conlleva una violación de la simetría que une el espacio con el tiempo.

Y se da la circunstancia de que, en lo que consideramos como nuestro universo, esa rotura de simetría ha dejado una pista: la forma en que los neutrinos oscilan entre sus formas de materia y de antimateria.

¿Demasiado retorcido? Puede ser, pero desde luego la idea sirve para obtener algunas respuestas que hasta ahora nos estaban vedadas. Sólo el futuro, y nuevas investigaciones, nos dirán si Poplawski tiene, o no, razón.

Fuente: ABC.es