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miércoles, 11 de agosto de 2010

EL FIN DE LA NEUTRALIDAD DE LA RED

Google modifica sus principios y pacta el fin de la neutralidad de la red.
La historia de cómo el internet se dividió: el pacto de Google y la proveedora de redes Verizon abre la posibilidad de que las corporaciones tomen control del internet inalámbrico y releguen a los demás a un carril periférico de baja velocidad.
Como diría Groucho Marx: "Esos son mis principios y si no te gustan, pues tengo otros". Google, la empresa más cool y emblemática de la libertad e innovación de la red, ha mostrado su cara verdadera: la cara que se acomoda a su ambición de generar más dinero y dominar el mercado.

Hace unos días informabamos sobre una noticia que fue difundida por el New York Times en la que se decía que el acuerdo que Google y Verizon iban a anunciar acabaría con la neutralidad de la red.

Google rápidamente lo desminitió y hábilmente manipuló a una buena parte de la prensa que cubrió el anunció del acuerdo celebrado el lunes entre Google y Verizon como la reafirmación de los principios de neutralidad en la red.

En efecto Google y Verizon reafirmaron estos principios que sostienen básicamente que no se debe de diferenciar entre la velocidad a la que se transmiten diferentes contenidos, pero lo hicieron solamente para el internet "público", que se transmite a través de cables. Al hacerlo abrieron la puerta a dividir el internet en dos carriles: uno de alta velocidad y de paga para el internet inalámbrico de los dispositivos móviles y las grandes corporaciones y otro carril lento y gratuito para el grueso de la población, es decir para los que quieren leventar un sitio desde un garage o crear un nuevo medio de comunicación.

Muchos se fueron con la finta, sometiendo su juicio ante la cuasi-deidad digital de Google, la empresa del solgan "Don´t be evil". En el comunicado conjunto Google y Verizon señalaron:

"Los dos reconocemos que la banda ancha inalámbrica es diferente del mundo de líneas de cable, en parte porque el mercado móvil es más competitivo y cambia más rápido.

En reconocimiento de la todavía naciente naturaleza del mercado inalámbrico de banda ancha, bajo esta propuesta no aplicaríamos la mayor parte de los prinicipios [Net Neutrality] del internet por cables al inalámbrico, excepto el requerimiento de transparencia".

Sin medias tintas y el esquivo lenguaje corporativo, esto señala que no aplicarán la neutralidad de la red al internet inalámbrico, el cual es ciertamente el internet del futuro y que, por definición, al no aplicarlo a un internet esto hace que el internet en general no sea neutral, y, evidentemente, esboza la posibilidad de dividirlo sustancialemnte.

La medida que tomaron Google y Verizon demuestra que las grandes corporaciones tienen más poder que los órganos rectores del gobierno como la Federal Communications Comissions (según un dictamen está comisión no tiene la autoridad para obligar que se respete la neutralidad de la red).

Varios medios notaron que la sustancia del pacto entre Google y Verizon propone el fin del internet como lo conocemos y significa la contradicción de los principios que había embanderado Google.

Wired, el Huffington Post, RAW Story, Democratic Underground, el Daily Mail, etc., destacaron que lo importante de este anuncio es que los proveedores de Internet tendrán la posibilidad de cobrar para que algunos contenidos se accedan con mayor velocidad que otros.

Jason Rosenbaum , del Progressive Change Campaign Committee, escribe:

"El acuerdo entre Google y Verizon anunciado hoy es el primer paso hacia el control corporativo del internet. Proponen crear dos carriles de servicio de internet: una versión pública a la que todos podrán acceder sin miedo de discriminación y una versión privada que las grande compañías controlarán absolutamente.

Y esa es la versión a la que seguramente le pondrán toda su inversión. Así que al final, la gente en Estados Unidos tendrá la opción: podrán usar la versión controlada por las corporaciones del internet, donde obtendrán su información de fuentes corporativas con mucha velocidad o podrán usar el 'internet público', el cual estará relegado al carril de baja velocidad".

Una buena idea, también, para monopolizar el contenido, y las versiones de la realidad: hacer que el contenido fuera del mainstream tarde mucho en cargar y que el contenido dentro del sistema dominante de los grandes conglomerados de medios sea mucho más veloz para que tenga una ventaja.

Craig Aaron escribe en el Huffington Post:

"Bajo su propuesta, no habría neutralidad en las redes inalámbricas -lo que significa que todo se vale, desde bloquear sitios web y aplicaciones como el pago para ser tratado con prioridad.

"Su propuesta de 'no discriminación' en la redes cableadas es tan débil que acciones como el bloqueo tan denunciado de Comcast a BitTorrent sería permitido.

"El trato permitiría que proveedores de Internet como Verizon -en vez de los usarios de internet como tú- decidan que aplicaciones merecen la mejor calidad de servicio.

Esta no es la forma en la que funcionaba el Internet y amenaza con cerrarle la puertas a las aplicaciones innovadores de mañana. (Si RealPlayer hubiera sido favorecida años atrás, no habríamos tenido a YouTube)."

La medida permitiría que los proveedores de internet bloquen aplicaciones como lo hizo Apple en el iPhone, con Google Voice o las permitan solo de forma parcial como sucedió con Skype en el iPhone en el interés de proteger su modelo de negocios.

El artículo que mejor explica la motivación de la decisión de Google y los posibles escenarios es el de Ryan Single en Wired.

No es común ver que una empresa del mainstream, perteneciente a Conde Nast, publique que Google se ha rendido como un mono, se ha ido a la cama con los proveedores de internet y que "tú, como estadounidense, has perdido".

Básicamente Google ha apostado por convertir a Android en el mayor sistema operativo de los dispósitivos móviles (actualmente Android está vendiendo más que el iPhone en Estados Unidos), y aunque tenía varias opciones para hacerlo sin acabar con la neutralidad de la red, ha preferido hacer un pacto entre gigantes para protegerse mutuamente y asegurarse parte del enorme pastel móvil.

Los principios éticos son buenos siempre y cuando no te impidan generar enormes cantidades de fortuna. A Google ya no le interesa un mercado abierto.

Algunas personas ya empiezan a hablar de dejar de usar los servicios de Google, es algo que podría ser una forma de protestar esta decisión de una empresa que de manera franca ha traicionado sus principios (si es que en realidad alguna vez los tuvo). Esto fue lo que escribió Google en 2007:

"Las ondas del espectro radioeléctrico de la nación no son propiedad de ninguna compañía. Son recusrsos únicos y valiosos que pertenecen a todos los estadounidenses. Las reglas del FCC están diseñadas para permitir que los consumidores -por primera vez- usen sus dispostivios portátiles con la cadena que quieran y con las aplicaciones de software legales que deseen".

Y en 2006 , Google declaró:

"Hoy el Internet es una carretera de información donde todos -no importa cuan grande o cuan pequeño, que tan tradicional o fuera de lo convencional- tienen igual acceso.

Pero las compañías de teléfono y los monopolios, que controlan casi todo el acesso a Internet, quieren controlar quién tiene acesso a esas vía rápidas y quién es visto antes y más rápido. Quieren construir un sistema de solo dos escalones y bloquear las rampas para aquellos que no pueden pagar"

Fuente: Pijamasurf

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