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martes, 31 de agosto de 2010

EL AGUA SECA, EL INVENTO DEL FUTURO

De aspecto similar a la harina, esta sustancia puede abaratar la fabricación de cientos de productos y luchar contra el calentamiento global.
Polvo de agua y sílice llamado agua seca.- BEN CARTER

Los científicos nos asombran cada día con el más difícil todavía aplicado a la tecnología y a la ciencia.

Hoy toca sorprenderse con una creación cuyo aspecto y utilidad parece complicado imaginar, el agua seca. No es algo nuevo; de hecho, fue descubierta en 1968, pero nunca hasta ahora se había demostrado su gran utilidad y su increíble potencial para aliviar el calentamiento global del planeta.

El doctor Ben Carter, de la Universidad de Liverpool, ha presentado un estudio donde investiga a fondo las propiedades de este singular compuesto y extrae interesantes conclusiones. El agua seca en realidad está formada por partículas que contienen una gota de agua minúscula rodeada de una nanocapa de sílice hidrófobo.

Algo así como si rebozáramos una croqueta, donde la masa interior sería el agua y la exterior, la que le proporciona la consistencia, sería el sílice (que en el fondo no es más que arena). El resultado de este símil gastronómico es un compuesto con aspecto muy similar a la harina, tanto en color como en textura.

Lo interesante que aporta Carter en su estudio sobre el agua seca es que posee la propiedad de absorber y retener hasta tres veces más dióxido de carbono (el mayor gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global) que el agua ordinaria.

Además, han encontrado otra propiedad de este compuesto que consiste en su capacidad de ser usada como depósito de gases. Estas características del agua seca la postulan como un agente beneficioso para la lucha contra el calentamiento global además de proporcionar una vía interesante en la investigación del almacenamiento de gases.

Se ha comprobado que 1 litro de metano se puede contener en apenas 6 gramos de agua seca, a temperaturas no excesivamente bajas.

Lo mismo sucede con los líquidos, por tanto, este material se podría convertir en un excelente medio de transporte para productos peligrosos o potencialmente nocivos, puesto que mientras se encuentran almacenados en el agua seca, son inofensivos.

Ahorro de energía

Además, el agua seca muestra una última propiedad que encantará a la industria por la energía que puede ahorrar en la fabricación de cientos de productos de consumo. Se trata de su capacidad de actuar como catalizador en la reacción entre el hidrógeno y el ácido maleico.

Lo que se obtiene es ácido succínico, un producto muy usado en la industria alimentaria y farmacéutica. Normalmente hay que mezclar y agitar los precursores del succínico para que se produzca la reacción pero, con el agua seca, eso no sería necesario, con el consiguiente ahorro energético y económico que se consigue a gran escala.

Fuente: ABC.es
Una sustancia que se llama agua seca y parece azúcar glas pero no lo es, está formada por agua en un 95%. Aunque fue patentada en 1968, es ahora cuando nuevos experimentos hacen vislumbrar su utilidad para absorber gases, incluidos los de efecto invernadero.

Los químicos que estudian sus posibles usos creen que podría ser la solución para absorber y almacenar el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera. También es prometedora para iniciar de forma más eficiente las reacciones químicas utilizadas en la producción de centenares de productos de uso cotidiano y para transportar sustancias peligrosas, han explicado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Química en Boston.

Cada partícula de agua seca contiene una gota de agua rodeada de nanopartículas hidrofóbicas de sílice (el óxido de silicio presente en la arena de la playa). Este recubrimiento impide que se recombinen las gotas para volver a ser un líquido. El resultado es un fino polvo que puede absorber gases que se combinan químicamente con el agua para fomar hidratos.

Aunque el agua seca fue desarrollada en 1968 y fue ensayada en cosméticos, entre otras áreas, hasta 2006 no se iniciaron, en Reino Unido, el estudio en profundidad de su estructura y los experimentos para posibles nuevas aplicaciones, informa la sociedad.

Una de las más recientemente experimentadas, con éxito, es para el almacenamiento de gases, en la Universidad de Liverpool bajo la dirección de Andrew Cooper. Un litro de gas metano se puede almacenar en unos seis gramos de polvo, a una temperatura no muy baja.

Los investigadores piensan también en su utilidad para explotar depósitos de gas metano que estén dispersos o en forma de hidratos en el fondo del mar, aunque reconocen que todavía queda mucho trabajo de investigación por hacer y que el coste sería seguramente todavía un problema.

Además, se profetizan aplicaciones más directas en los procesos químicos más comunes en la industria y para almacenar y transportar sustancias peligrosas en forma de emulsiones, que se transformarían en polvo.

Fuente: El Pais

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