Los expertos restan importancia a los mensajes alarmistas para el 19 de marzo, día en el que el satélite estará en el punto más cercano a la Tierra en los últimos 20 años.
El próximo 19 de marzo la Luna se encontrará a "solo" 356.577 kilómetros de la Tierra, más cerca de lo que ha estado en los últimos 18 años. Ese mismo día, además, habrá Luna llena, lo cual ha bastado para llenar internet, una vez más, de las peores previsiones catastrofistas.
Debido a su inusual proximidad nuestro satélite provocará, dicen los agoreros, tormentas enormes, erupciones volcánicas devastadoras y terremotos a gran escala en todo el planeta.
Y si bien es cierto que la gravedad lunar afecta en varios modos a la Tierra, ningún experto cree que este perigeo lunar (su máxima aproximación a nosotros durante su órbita) pueda causarnos daño alguno.
Los astrónomos la llaman ya "súper Luna", porque será la mayor Luna llena que hayamos podido ver en las últimas dos décadas. Y aunque ninguno de ellos cree que vaya a provocar daños masivos en nuestro mundo, muchos sí que han realizado extensos estudios para averiguar los efectos que el "tira y afloja" gravitatorio de nuestro enorme satélite tiene sobre nosotros.
Unos efectos cuya existencia está sirviendo de excusa para pronosticar una serie inminente de grandes catástrofes naturales.
Es verdad que, incluso en condiciones normales, la Luna está lo suficientemente cerca de la Tierra como para dejarnos sentir su presencia.
Es su gravedad, en efecto, la que provoca la subida y la bajada de las mareas. Y también es cierto la gravedad lunar es capaz de causar pequeños, aunque medibles, flujos y reflujos en los continentes, un fenómeno que los científicos conocen como "mareas de tierra".
Además, esas mareas "sólidas" son mayores cuando hay Luna llena y Luna nueva, momentos en que nuestro satélite se alinea con el Sol en la misma cara o en las caras opuestas de la Tierra.
Según explica John Vidale, sismólogo de la Universidad de Washington y director de la Red Sísmica del Noroeste del Pacífico. a Space.com, una conocida web de información espacial, cuando las mareas (oceánicas o terrestres) son lo suficientemente fuertes, pueden causar terremotos: "Tanto el Sol como la Luna ejercen una ligera tensión sobre la Tierra, y si miramos bien podemos observar un ligero aumento de la actividad tectónica cuando ambos están alineados.
De hecho, durante las lunas llena y nueva se puede observar un incremento de un 1% en la actividad sísmica, y una actividad ligeramente más alta en los volcanes".
Donde más se nota el efecto de las mareas en la actividad sísmica es en las zonas de subducción, en las que una placa tectónica se desliza por debajo de otra. William Wilcock, otro sismólogo de la Universidad de Washington, explica que "cuando hay marea baja, hay menos agua, por lo que la presión sobre el fondo marino dismunuye.
Y esa presión (del agua) es la que, precisamente, mantiene cerradas las fallas, por lo que cuando disminuye, es más fácil que las fallas se deslicen".
Según Wilcock, la actividad sísmica en las zonas de subducción durante las mareas bajas es un 10% superior que en otros momentos del día, aunque este experto asegura no haber observado relación alguna entre las variaciones de la actividad sísmica y los días de luna llena o nueva.
UN PERIGEO INOCUO
Sabiendo entonces como sabemos que la Luna puede tener estos efectos, qué ocurre durante el perigeo lunar, cuando la Luna está más próxima a la Tierra? Existe en esos días un mayor riesgo de terremotos o erupciones volcánicas?
Según los científicos, el tirón gravitatorio de la Luna durante el perigeo no varía lo suficiente como para cambiar la altura de las mareas y alimentar, por lo tanto, ninguna clase de desastres naturales.
"El servicio de Vigilancia Geológica de los Estados Unidos (USGS) ha llevado a cabo un montón de estudios sobre esta cuestión -afirma por su parte, John Bellini, geofísico del USGS-.
Y no se ha encontrado nada significativo. Según Vidale, "hablando en plata, nunca hemos visto que el perigeo lunar tenga efecto alguno".
Por lo tanto, la "súper Luna" que se avecina no provocará terremotos ni otras catástrofes, aunque esa idea pueda tener cierta lógica. "Los terremotos - asegura Vidale- no responden a las mareas como se podría pensar que lo hacen". Ni tampoco tienen relación con ellas el resto de los desastres naturales.
La Tierra tiene un montón de energía almacenada, y la libera siempre que esa acumulación es demasiado grande, pero nada de eso parece tener que ver con los perigeos lunares, como el del próximo 19 de marzo, por mucho que se empeñen algunos.
Eso sí, no dejen de levantar la vista al cielo esa noche, porque la Luna llena será realmente espectacular.
Debido a su inusual proximidad nuestro satélite provocará, dicen los agoreros, tormentas enormes, erupciones volcánicas devastadoras y terremotos a gran escala en todo el planeta.
Y si bien es cierto que la gravedad lunar afecta en varios modos a la Tierra, ningún experto cree que este perigeo lunar (su máxima aproximación a nosotros durante su órbita) pueda causarnos daño alguno.
Los astrónomos la llaman ya "súper Luna", porque será la mayor Luna llena que hayamos podido ver en las últimas dos décadas. Y aunque ninguno de ellos cree que vaya a provocar daños masivos en nuestro mundo, muchos sí que han realizado extensos estudios para averiguar los efectos que el "tira y afloja" gravitatorio de nuestro enorme satélite tiene sobre nosotros.
Unos efectos cuya existencia está sirviendo de excusa para pronosticar una serie inminente de grandes catástrofes naturales.
Es verdad que, incluso en condiciones normales, la Luna está lo suficientemente cerca de la Tierra como para dejarnos sentir su presencia.
Es su gravedad, en efecto, la que provoca la subida y la bajada de las mareas. Y también es cierto la gravedad lunar es capaz de causar pequeños, aunque medibles, flujos y reflujos en los continentes, un fenómeno que los científicos conocen como "mareas de tierra".
Además, esas mareas "sólidas" son mayores cuando hay Luna llena y Luna nueva, momentos en que nuestro satélite se alinea con el Sol en la misma cara o en las caras opuestas de la Tierra.
Según explica John Vidale, sismólogo de la Universidad de Washington y director de la Red Sísmica del Noroeste del Pacífico. a Space.com, una conocida web de información espacial, cuando las mareas (oceánicas o terrestres) son lo suficientemente fuertes, pueden causar terremotos: "Tanto el Sol como la Luna ejercen una ligera tensión sobre la Tierra, y si miramos bien podemos observar un ligero aumento de la actividad tectónica cuando ambos están alineados.
De hecho, durante las lunas llena y nueva se puede observar un incremento de un 1% en la actividad sísmica, y una actividad ligeramente más alta en los volcanes".
Donde más se nota el efecto de las mareas en la actividad sísmica es en las zonas de subducción, en las que una placa tectónica se desliza por debajo de otra. William Wilcock, otro sismólogo de la Universidad de Washington, explica que "cuando hay marea baja, hay menos agua, por lo que la presión sobre el fondo marino dismunuye.
Y esa presión (del agua) es la que, precisamente, mantiene cerradas las fallas, por lo que cuando disminuye, es más fácil que las fallas se deslicen".
Según Wilcock, la actividad sísmica en las zonas de subducción durante las mareas bajas es un 10% superior que en otros momentos del día, aunque este experto asegura no haber observado relación alguna entre las variaciones de la actividad sísmica y los días de luna llena o nueva.
UN PERIGEO INOCUO
Sabiendo entonces como sabemos que la Luna puede tener estos efectos, qué ocurre durante el perigeo lunar, cuando la Luna está más próxima a la Tierra? Existe en esos días un mayor riesgo de terremotos o erupciones volcánicas?
Según los científicos, el tirón gravitatorio de la Luna durante el perigeo no varía lo suficiente como para cambiar la altura de las mareas y alimentar, por lo tanto, ninguna clase de desastres naturales.
"El servicio de Vigilancia Geológica de los Estados Unidos (USGS) ha llevado a cabo un montón de estudios sobre esta cuestión -afirma por su parte, John Bellini, geofísico del USGS-.
Y no se ha encontrado nada significativo. Según Vidale, "hablando en plata, nunca hemos visto que el perigeo lunar tenga efecto alguno".
Por lo tanto, la "súper Luna" que se avecina no provocará terremotos ni otras catástrofes, aunque esa idea pueda tener cierta lógica. "Los terremotos - asegura Vidale- no responden a las mareas como se podría pensar que lo hacen". Ni tampoco tienen relación con ellas el resto de los desastres naturales.
La Tierra tiene un montón de energía almacenada, y la libera siempre que esa acumulación es demasiado grande, pero nada de eso parece tener que ver con los perigeos lunares, como el del próximo 19 de marzo, por mucho que se empeñen algunos.
Eso sí, no dejen de levantar la vista al cielo esa noche, porque la Luna llena será realmente espectacular.
Fuente: ABC.es
LA 'SÚPER LUNA': ¿UNA NUEVA AMENAZA ESPACIAL PARA LA TIERRA?
El 19 de marzo los habitantes del 'planeta azul' podrán observar la cara visible del satélite natural desde más cerca que en pocas ocasiones antes.
Según afirman los científicos, esa noche la Luna estará en el perigeo (el punto de su órbita elíptica que se halla más cerca al centro de la Tierra) y nos acercará a una distancia 356.600 kilómetros, un fenómeno que normalmente se produce una vez cada varias décadas.
Incluso a simple vista desde la Tierra parecerá que la Luna crecerá, porque el tamaño angular del disco lunar en el cielo alcanzará los 0,56 grados, que visualmente es un 10% más que el habitual.
Según comentaron medios de comunicación, el evento astronómico se ha apodado la 'súper Luna' y podría provocar terremotos, tsunamis, actividad volcánica y otros desastres naturales.
La influencia de la Luna sobre la Tierra en el momento del perigeo del 19 de marzo, en efecto superará lo normal, pero no hay razón para esperar ninguna catástrofe relacionada con esto, comentó el colaborador científico del Instituto Astronómico Shternberg de la Academia de Ciencias de Rusia, Valdímir Surdín.
El científico explicó que en general la Luna ejerce una influencia considerable sobre la Tierra, causando deformaciones en los océanos (es decir, la marea) y en la corteza terrestre (la denominada 'marea de tierra').
Pero esto sucede de forma regular: dos veces cada 24 horas la superficie de la Tierra sube y baja cerca de medio metro.
Este efecto aumenta un 30% en los períodos de Luna llena y Luna nueva, cuando el satélite se alinea con el Sol en la misma cara o en las caras opuestas de la Tierra y la influencia del 'astro rey' se suma a la de la Luna.
Casualmente, el 19 de marzo de 2011 también será Luna llena. “Por ello ese día la Tierra realmente experimentará un efecto casi máximo de la marea”, confirmó el científico, agregando que este efecto no será el máximo posible porque la distancia entre la Tierra y el Sol no será la mínima.
Sin embargo, los geofísicos saben que hay una correlación débil entre el movimiento de la Luna y los terremotos, por eso se puede esperar un ligero aumento de la actividad sísmica alrededor del 19 de marzo, advirtió Surdín. “Pero no hay que esperar algo catastrófico”, subrayó.
El especialista también explicó que la órbita de la Luna no es perfectamente elíptica, sino que es mucho más compleja: la distancia media de la Tierra a la Luna es de unos 384.000 kilómetros y sus oscilaciones mensuales son solamente de un 5% de promedio.
Estas oscilaciones periódicas se suman a “agitaciones” en su trayectoria que en general están provocadas por la gravitación del Sol. Sin embargo, el satélite nunca se aleja de la Tierra a más de 406.700 kilómetros y no se acerca a más de 356.410 kilómetros.
“Antes de la aparición de los computadores modernos los cálculos de la órbita lunar eran uno de los problemas más complicados de la mecánica celeste. Hoy en día pronosticamos el movimiento de la Luna para muchos años con la precisión de un metro”, agregó el científico.
Pese a todo lo indicado por el científico, el acercamiento de la Luna sumado a una mayor tormenta geomagnética que se está registrando estos días ya está siendo considerado por varias fuentes como una posible causa del terremoto que ha arrasado parte de Japón el 11 de marzo.
El 19 de marzo los habitantes del 'planeta azul' podrán observar la cara visible del satélite natural desde más cerca que en pocas ocasiones antes.
Según afirman los científicos, esa noche la Luna estará en el perigeo (el punto de su órbita elíptica que se halla más cerca al centro de la Tierra) y nos acercará a una distancia 356.600 kilómetros, un fenómeno que normalmente se produce una vez cada varias décadas.
Incluso a simple vista desde la Tierra parecerá que la Luna crecerá, porque el tamaño angular del disco lunar en el cielo alcanzará los 0,56 grados, que visualmente es un 10% más que el habitual.
Según comentaron medios de comunicación, el evento astronómico se ha apodado la 'súper Luna' y podría provocar terremotos, tsunamis, actividad volcánica y otros desastres naturales.
La influencia de la Luna sobre la Tierra en el momento del perigeo del 19 de marzo, en efecto superará lo normal, pero no hay razón para esperar ninguna catástrofe relacionada con esto, comentó el colaborador científico del Instituto Astronómico Shternberg de la Academia de Ciencias de Rusia, Valdímir Surdín.
El científico explicó que en general la Luna ejerce una influencia considerable sobre la Tierra, causando deformaciones en los océanos (es decir, la marea) y en la corteza terrestre (la denominada 'marea de tierra').
Pero esto sucede de forma regular: dos veces cada 24 horas la superficie de la Tierra sube y baja cerca de medio metro.
Este efecto aumenta un 30% en los períodos de Luna llena y Luna nueva, cuando el satélite se alinea con el Sol en la misma cara o en las caras opuestas de la Tierra y la influencia del 'astro rey' se suma a la de la Luna.
Casualmente, el 19 de marzo de 2011 también será Luna llena. “Por ello ese día la Tierra realmente experimentará un efecto casi máximo de la marea”, confirmó el científico, agregando que este efecto no será el máximo posible porque la distancia entre la Tierra y el Sol no será la mínima.
Sin embargo, los geofísicos saben que hay una correlación débil entre el movimiento de la Luna y los terremotos, por eso se puede esperar un ligero aumento de la actividad sísmica alrededor del 19 de marzo, advirtió Surdín. “Pero no hay que esperar algo catastrófico”, subrayó.
El especialista también explicó que la órbita de la Luna no es perfectamente elíptica, sino que es mucho más compleja: la distancia media de la Tierra a la Luna es de unos 384.000 kilómetros y sus oscilaciones mensuales son solamente de un 5% de promedio.
Estas oscilaciones periódicas se suman a “agitaciones” en su trayectoria que en general están provocadas por la gravitación del Sol. Sin embargo, el satélite nunca se aleja de la Tierra a más de 406.700 kilómetros y no se acerca a más de 356.410 kilómetros.
“Antes de la aparición de los computadores modernos los cálculos de la órbita lunar eran uno de los problemas más complicados de la mecánica celeste. Hoy en día pronosticamos el movimiento de la Luna para muchos años con la precisión de un metro”, agregó el científico.
Pese a todo lo indicado por el científico, el acercamiento de la Luna sumado a una mayor tormenta geomagnética que se está registrando estos días ya está siendo considerado por varias fuentes como una posible causa del terremoto que ha arrasado parte de Japón el 11 de marzo.
Fuente: RT
Súper Luna: La Causa de los Desastres Naturales?
(Se pueden activar subtitulos en español)
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