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jueves, 4 de noviembre de 2010

EL FENÓMENO OVNI - Parte 3

No es nada asombroso que, según las antiguas crónicas, haya aparecido en el cielo todo género de señales y portentos, o que desde siempre el hombre espere del cielo una maravillosa intervención que acuda a auxiliarlo en su incapacidad.
Nuestras observaciones de platillos volantes se hallan ya, mutatis mutandis, en numerosos relatos que se remontan a algunos siglos atrás, si bien no parece que hayan sido tan frecuentes como hoy.
Carl Gustav Jung

LOS OVNIS
¿UN FENÓMENO SIMPLEMENTE PSICOLÓGICOS?


De esta forma no resulta raro que el propio doctor Allen Hynek, científico que colaboró en el proyecto "Libro azul" para desvelar el asunto de los ovnis (informe que hoy no tiene ninguna validez para el investigador, pues en él lo único que se pretendió fue intentar ridiculizar el fenómeno y a la gente que los veía), se manifieste de forma muy escéptica frente a la posibilidad extraterrestre y se acerque más a la de ultima moda, dentro del mundo de los ovnis: la de origen psicológico, que defiende el notable investigador Jacques Vallée y el también notable investigador Jerome Clark.


Y así no fue de extrañar que Elynek se expresará en estos términos: "Yo diría simplemente que en el fenómeno de los "ovnis" nos encontramos con algo que revela una forma de inteligencia.

Pero no sé si se trata de algo próximo a nosotros o de un producto de nuestra propia inteligencia. En todo caso, es indudable que la inteligencia está presente."

¿Son extraterrestres? "No contesta el doctor Hynek; porque esta hipótesis tropieza con una gran dificultad, y es que vemos demasiados ovnis.

La Tierra no es más que un grano de arena en el universo. ¿Por qué iban a hacerle el honor de visitarla tan a menudo? Si se tratara realmente de visitantes llegados del espacio, nos consideraríamos satisfechos con recibir uno cada cien años, no cien cada año."

Endeble argumento de Hynek, pero cada día gana más adeptos. "Creo más bien en algo meta terrestre, una especie de "realidad paralela" -sigue diciendo el doctor Hynek.

Aquí entramos en un terreno muy peligroso. Los místicos y grandes jefes religiosos nos dicen desde hace mucho tiempo que el mundo físico que nos rodea no constituye toda la suma de nuestro ambiente y que existen otros niveles de vida. Naturalmente, para un físico esto no quiere decir nada.

Pero hay otras muchas cosas que no quieren decir nada para un físico: las experiencias astrales, la percepción extrasensorial, la psicoquinesia, la telepatía... Tengo la impresión de que los ovnis nos anuncian un próximo cambio de nuestros paradigmas científicos.

Temo mucho que los ovnis estén relacionados con los fenómenos psíquicos termina diciendo el científico norteamericano-. Y si digo que lo temo es porque en el centro de Evanston queremos estudiar la cuestión desde el punto de vista de las ciencias físicas...

"Pero sería absurdo seguir un solo camino, excluyendo todos los demás. Si aparece la mínima prueba de que el fenómeno puede tener una dimensión paranormal, seguiremos este camino... Quizá existen entre el mundo psíquico y el mundo físico unas relaciones más estrechas de lo que hemos creído hasta ahora."

Lo mismo que el doctor Condon, en circunstancias muy distintas, el doctor Hynek considera que estas relaciones, por "improbables" que parezcan, no son "imposibles".

El "establishment" científico de los Estados Unidos había hundido la cabeza en tierra para no enterarse, y "nuestros científicos" han sido víctimas de estructuras mentales rígidas, pero "nuestra ultima revolución" científica no ha sido la victírna... Habrá novedades.

Estas frases son del doctor Hynek, que está profundamente convencido de la verdad de lo que afirma.

Hay también otras hipótesis aún más extrañas, pero no por, ello menos creíbles; y así encontramos, precisamente, al final de uno de los mejores libros que sobre el fenómeno ovni y la psicología han escrito recientemente, como es el libro "Sobre cosas que se ven en el cielo", del extraordinario investigador y psicólogo filósofo Carlos Gustavo Jung.

Un apéndice donde se relata un avistamiento con un encuentro en tercera fase, o lo que es lo mismo, un "contacto" entre un terrestre y seres del espacio...

"El "contacto" se refiere al profeta Orfeo M. Angelucci, hombre autodidacta y muy nervioso como él mismo se describía, que padece de "debilidad constitucional", y para quien su vida cambió a partir del día 23 de mayo de 1952, cuando se produjo el hecho que de alguna forma decidió su vocación futura por los ovnis."

... "Dice Angelucci que alrededor de las once de la noche, se había sentido mal, y en la parte superior del cuerpo había experimentado una especie de comezón, como antes de una tormenta.

Trabajaba por la noche y cuando, alrededor de las doce y treinta del mediodía siguiente volvía a su casa en automóvil, vio un objeto oval, rojo, resplandeciente, que flotaba a poca altura sobre el horizonte y que sólo él parecía observar.

En un tramo solitario del camino que se elevaba un poco sobre el terreno, circundante observó, a corta, distancia y cerca del suelo, en una posición más baja que la del camino, el objeto rojo y redondo que "palpitaba".


De pronto, el objeto se elevó en un ángulo de treinta o cuarenta grados y con gran velocidad se alejó hacia el oeste.

Pero antes de desaparecer se desprendieron de él dos esferas de fuego verdes, de las cuales salió una voz masculina", que hablaba en perfecto "inglés".

"Todavía podía recordar las palabras: "No tengas miedo, Orfeo. Somos amigos." La voz le explicó que las luces eran "instruments of transmissions", (es decir, una especie de órganos sensoriales y, por lo tanto, transmisión) y que él se hallaba en comunicación directa con "amigos de otro mundo".

Luego la voz le recordó lo que había visto el 4 de agosto, de 1946 (Orfeo había sido testigo del avistamiento de un ovni en esas fechas, al que no dio mayor importancia).

Como de pronto se sintiera sediento, la voz le dijo: "Bebe de la copa de cristal que ves sobre el guardabarros". Orfeo bebió y comprobó que se trataba de la "bebida más exquisita que jamás había saboreado". Se sintió refrescado y fortalecido. Las dos luces estaban separadas entre sí por una distancia de alrededor de tres pies.

Repentinamente palidecieron y entre ellas apareció una luminosidad "tridimensional". Luego aparecieron la cabeza y los hombros de dos personas, un hombre y una mujer "being the ultimate of perfection".

Tenían ojos grandes, luminosos y, a pesar de toda su perfección sobrenatural, le resultaron figuras extrañamente conocidas y familiares. Lo contemplaron a él y toda la escena.

A Orfeo le pareció que se hallaba en relación telepática con ellos. Con la misma rapidez con que había aparecido la visión, desapareció, y las bolas ígneas volvieron a adquirir su resplandor de antes.


Oyó las palabras "La senda se abrirá, Orfeo", y la voz continuó diciendo: "Nosotros vemos a cada habitante de la Tierra tal como es y no como lo ven los sentidos limitados de los hombres. Los habitantes de tu planeta han estado bajo observación durante siglos, pero sólo ahora están sometidos a una revisión y reconsideración.

Cada progreso que hace vuestra sociedad está registrado por nosotros. Os conocemos como vosotros mismos no os conocéis. Cada individuo está clasificado, hombre, mujer y niños, en nuestras estadísticas vitales, con la ayuda de nuestros cristalinos discos registradores.

Cada uno de vosotros es infinitamente más importante para nosotros que para los habitantes de la Tierra porque no conocéis el ver sencillamente tus hermanos mayores."

Luego la voz informó al autor que los ovnis eran dirigidos mediante gobierno remoto, por una nave madre. En realidad, los ocupantes de los ovnis no tenían necesidad de estos aparatos.

En su condición de seres "etéreos" sólo los necesitaban para manifestarse materialmente a los hombres. Los ovnis alcanzaban aproximadamente la velocidad de la luz. La velocidad de la luz es la misma que la ley de la verdad (rápida como pensamiento).

Los visitantes llegados del cielo eran inofensivos y estaban animados de las mejores intenciones. La ley cósmica impedía aterrizajes espectaculares. La tierra se halla actualmente amenazada por peligros mayores de los que nos imaginarnos.

Después de estas revelaciones, Angelucci se sintió aliviado y fortalecido. "Era -según dijo como si se me hubiera elevado durante un instante por encima de la mortalidad y como si esos seres fueran afines a mí."

Cuando las luces desaparecieron, Angelucci tuvo la impresión de que su mundo cotidiano había perdido realidad y se había convertido en un refugio de sombras...

Posteriormente, Angelucci tuvo otra "visión" el 23 de julio de 1953, y también le fueron revelados infinidad de detalle de la procedencia de "Ellos".

A partir de esta última vivencia, Angelucci comenzó -fiel a su estilo su predicación. Se hizo un testimonio, no del Verbo, sino del ovni, y sufrió desde entonces las burlas y la incredulidad que corresponden al mártir.

El 2 agosto del mismo año, por la noche, junto a otros ocho testigos, vio en el cielo un ovni común, que al cabo de un rato desapareció. Se fue entonces a aquel lugar solitario que ya conocía, pero no encontró allí ningún ovni aunque sí una figura que exclamó: "Salud, Orfeo..."

Era la figura de una de las visiones anteriores, que deseaba ser llamada "Neptuno". Era un hombre maravillosamente hermoso, alto, con ojos extraordinariamente bellos, grandes y expresivos.

El contorno de la figura se hallaba en un continuo movimiento ondulatorio, como agua encrespada por el viento. Neptuno le dio otras informaciones Tierra, sobre los motivos de sus lamentables condiciones de vida, y sobre su próxima salvación. Luego desapareció.

A principios de septiembre de 1953, Angelucci cayó en un estado de sonambulismo que le duró alrededor de una semana.

Cuando recobró su conciencia normal, recordaba todo lo que le había ocurrido en su absence: había estado en un pequeño "planetoide", en el cual, moraban Neptuno y su compañera Lyra, o mejor dicho, había estado en el cielo, como Angelucci podría representárselo, esto es, con muchas flores, balsámicos perfumes, colores, néctar y ambrosías, nobles seres etéreos y, casi ininterrumpidamente, música.

Allí se enteró de que su amigo celeste no se llamaba "Neptuno" sino Orión y que "Neptuno" era su propio nombre, el de Angelucci, cuando todavía se encontraba en aquel mundo celestial.

Lyra le mostró una atención particular, a la que él respondió, según su naturaleza terrestre, con sentimientos eróticos, que provocaron un gran horror en la sociedad celestial.

Cuando, con algún esfuerzo, hubo superado esta reacción humana demasiado humana, se verificó una noche celeste una unión mística, análoga a la "coniunctio oppositorum" de la alquimia...

Carlos Gustavo Jung añade al relato lo siguiente:

"Sin el menor conocimiento de psicología, Angelucci tuvo la vivencia mística que se relaciona con la visión de los ovnis y la describió con todas las particularidades que pueden desearse. No necesitó agregar ningún comentario especial.

La historia es tan ingenua y clara que el lector interesado en los problemas psicológicos puede comprobar, sin más ni más, como y en que medida confirma mis indicaciones sobre considerarlo un "documento" único sobre el nacimiento y la integración de la mitología de los ovnis. Por esta razón he dejado la palabra al propio Angelucci...

Como nuestro tiempo se caracteriza por la disociación, la desorientación y la perplejidad, esta circunstancia se expresa tambien en la psicología del individuo y precisamente en visiones fantásticas, que surgen espontáneamente en sueños e imaginaciones activas.

"Desde hace cuarenta años he observado estos fenómenos en mis pacientes, dice Yung-, y fundándome en tan copiosas experiencias, he llegado a la conclusión de que este arquetipo tiene una importancia capital y qué adquiere relevancia en la medida en que el yo como tal la pierde. Una situación de desorientación es excepcionalmente apropiada para rebajar el YO.

Desde el punto de vista psicológico, lo redondo y por lo tanto el "mandala" significa un símbolo del Selbst. En el aspecto psicológico, el arquetipo del orden por excelencia es el Selbst.

La configuración del "mandala" está condicionada aritméticamente, ya que todos los números son otros tantos arquetipos, ordenadores de naturaleza primitiva. De este contexto psicológico surge también el paralelo a la analogía alquímica de Cristo con el Lapis pbilosophorum...

© 2006 – Daniel Miccael Sais
This work is licensed under a Creative Commons License.


El siguiente texto está extraido del décimo capítulo de La mente holotrópica de Stanislav Grof:

El fenómeno ovni constituye una de las experiencias psicoides más controvertidas de nuestro tiempo [psicoides son los "fenómenos que no pertenecen al reino del psiquismo ni al reino de la realidad material sino que se hallan ubicados en el interregno existente ente la conciencia y la materia"].


Desde que en 1947 fueron avistados por primera vez por el pilito civil Keneth Arnold cerca del monte Rainer, son muchas las personas de todo el mundo que aseguran haberlos visto ovnis.

Hay quienes dicen haberlos visto a plena luz del día mientras que otros, en cambio, hablan de la presencia de extrañas luces en mitad de la noche.

Unos aseguran haber presenciado el aterrizaje de naves extraterrestres mientras que otros, por su parte, llegan a asegurar que se han entrevistado con extraterrestres o que han sido abducidos y llevados a bordo de una nave en la que fueron sometidos a rigurosas investigaciones científicas.

Si bien es posible que muchos avistamientos sean simples fraudes, percepciones erróneas de fenómenos naturales o pantallas que pretenden ocultar determinadas investigaciones secretas, lo cierto, sin embargo, es que numerosos observadores inteligentes, emocionalmente estables e incluso expertos y, por tanto, merecedores de toda confianza, siguen avistándolos.

Existen suficientes informes en torno a este tema como para convencernos de que el debate ovni sigue abierto y merece una atención especial.

La controversia sobre este punto suele girar en torno al hecho de si nuestro planeta está siendo visitado por naves espaciales reales procedentes de otras regiones del universo.

En nuestra opinión, no obstante, la situación es algo más compleja.

Muchos fenómenos ovni parecen tener una naturaleza psicoide, es decir, que si bien no son simples alucinaciones tampoco son "reales" en el sentido ordinario del término, siendo posible que representen un fenómeno "híbrido" en el que se combinan elementos de la vida mental y del mundo físico.

En tal caso, sin embargo, el fenómeno sería extraordinariamente difícil de estudiar por medio de los métodos científicos tradicionales, basados en una distinción meridiana entre lo real y lo irreal, entre los acontecimientos materiales y los sucesos psicológicos.

Si tal cosa fuera cierta, cualquier estudio comprensivo de este tipo de fenómenos debería ocuparse simultáneamente de la evidencia física y de la nueva perspectiva psicológica que nos proporciona la moderna investigación sobre la conciencia y la nueva física.

La mayor parte de los avistamientos ovni van asociados a la visión de luces sobrenaturales similares a las que acompañan los raptos místicos.

Las descripciones de los supuestos visitantes, naves y ciudades extraterrestres presentan un incuestionable paralelismo con elementos de procedencia mitológica y, por ello, la hipótesis del inconsciente colectivo resulta sumamente tentadora.

Pero éste no es más que un aspecto de la historia. Lo que más nos interesa recalcar ahora es el hecho de que, en muchos casos, los ovnis han dejado evidencias físicas, lo cual los circunscribe al mundo de la realidad consensual.

Éste es un elemento que dota al moderno fenómeno ovni de una cualidad claramente psicoide. Sin embargo, la naturaleza de estas evidencias resulta en ocasiones ambigua y deja la puerta abierta a interpretaciones muy diversas.

Convendría recordar, en este punto, que la naturaleza caprichosa y elusiva de algunos avistamientos parece confirmar su naturaleza psicoide en lugar de ser un argumento negador de su existencia [...]

Las controvertidas evidencias físicas que parecen avalar la existencia de los ovnis son las huellas dejadas en el suelo por los aparatos, la tierra quemada, materiales que no pueden ser identificados por medio del análisis químico, fotografías o películas de aficionados, señales enigmáticas en los cuerpos de las personas abducidas, misteriosas mutilaciones de ganado, etcétera.

Jaques Vallée, un experto astrofísico e investigador que ja estudiado y escrito sobre el tema durante dos décadas, ha llegado a la conclusión de que el fenómeno ovni ha evolucionado a lo largo del tiempo.

Su propio avistamiento desde el observatorio francés donde trabajaba, el examen de fotografías realizadas por diferentes personas y sus entrevistas a quienes afirman haber tenido un encuentro de este tipo le han llevado a conclusiones que sustentan nuestra tesis de que el fenómeno ovni presenta características psicoides.

Tras varios años de intensa investigación Vallée ha llegado a la conclusión de que algunos ovnis tienen una realidad física que se halla muy estrechamente ligada a las inusuales experiencias internas de quienes experimentan el avistamiento.

Según Vallée, las naves proceden de "otras dimensiones" espaciotemporales coexistentes con nuestro universo y que quizás no sean "extraterrestres" en el sentido habitual del término.

Vallée especula con la posibilidad de que las inteligencias extraterrestres que producen y controlan el fenómeno sean capaces de manipular el espacio y el tiempo en modos que sobrepasan nuestra capacidad de comprensión e incluso nuestra imaginación.

Desde su punto de vista, es posible que el estado de conciencia del observador posibilite que el ovni penetre en su dimensión espaciotemporal y se haga entonces perceptible.

Sin embargo, en su opinión, los ovnis no son el mero producto de la mente del observador ya que, al igual que los guías espirituales de Jung, tienen una existencia independiente de nuestra propia conciencia.

En otras palabras, en lugar de ser fabricaciones de nuestra imaginación, los "extraterrestres" utilizan nuestra conciencia como una puerta que les permite entrar en el plano de nuestra realidad cotidiana.

El fenómeno ovni presenta problemas actualmente irresolubles hasta para los investigadores más serios y dotados. Si nos atenemos a los datos que nos proporciona la ciencia, parece altamente que exista vida inteligente en otros planetas de nuestro sistema solar, de modo que deben proceder de lugares que se hallan a años luz de distancia.

En tal caso, deberían disponer de una tecnología impensable para nosotros ya que sólo cabría entonces la posibilidad de que sus naves alcanzaran velocidades superiores a la de la luz (viaje traslumínico), fueran capaces de escapar a las dimensiones espacio-temporales y desplazarse a través del hiperespacio, o procedieran de otras dimensiones (viaje interdimensional).

Si en el espacio exterior existiera una ciovilización que poseyera esa tecnología, no resultaría extraño suponer que también pudierna operar sobre la conciencia individual y transpersonal de maneras totalmente desconocidas para nosotros.

Si esto es cierto, es bastante probable que sus visitas a nuestra dimensión nos parezcan fantasías, acontecimientos arquetípicos o experiencias visionarias y que, si tienen algún motivo para ocultar sus visitas, también poseen la tecnología necesaria para alentar la confusión con respecto al tema.

Pero todo esto, en definitiva, suscita un problema fascinante.

Si los ovnis realmente existen, y son producto, como decíamos, de una avanzada tecnología, nos encontramos ante la confluencia de dos campos que siempre habíamos considerado antagónicos, el mundo racional de la tecnología avanzada y el mundo irracionald e la fantasía.

En tal caso ya no podríamos seguir estableciendo una diferencia clara entre ambos dominios. La posibilidad de un viaje interplanetario de esta magnitud supondría el triunfo admirable de la recionalidad y de la ciencia.

Fuente: Mind Surf

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