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sábado, 30 de octubre de 2010

ACUERDO MUNDIAL SOBRE BIODIVERSIDAD

Luego de doce días de tensas negociaciones, más de 190 paises reunidos en la Cumbre de Biodiversidad en Nagoya, Japón, acordaron un nuevo plan para 2020 dirigido a proteger las especies del planeta. Pero las metas acordadas son menos exigentes y específicas de lo que pedían los expertos en conservación.
Culminó la décima reunión de la Conferencia de las Partes (COP-10) en la ciudad japonesa de Nagoya, del 18 - 29 de octubre de 2010, dentro del Convenio sobre la Diversidad Biológica, CBD por sus siglas en inglés. Y cuyos tres principales objetivos fueron:

1. La conservación de la biodiversidad

2. La utilización sostenible de la biodiversidad

3. El reparto justo y equitativo de los beneficios que se obtienen del empleo de los recursos genéticos.

Es la mayor conferencia sobre biodiversidad de la historia de Naciones Unidas con 16.000 participantes procedentes de todo el mundo. A pesar del desacuerdo de algunos países y la ausencia de EE UU. Se trata de recuperar los objetivos incumplidos de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (Johannesburgo, Sudáfrica, 2002) en la que la comunidad internacional se comprometió en firme a reducir sustancialmente la pérdida de biodiversidad desde entonces hasta este año 2010.

Los delegados estuvieron reunidos hasta altas horas de la noche y la principal manzana de la discordia fue precisamente el llamado Protocolo ABS (Access and Benefit sharing o acceso y reparto de beneficios).

Brasil y otros países en desarrollo ricos en biodiversidad habían insistido durante todo el encuentro que no firmarían las metas generales a menos que hubiera también un acuerdo sobre el protocolo.

Los países en desarrollo lograron una concesión importante: que el acuerdo cubra todo lo que que se llegue a obtener a partir de sus plantas –lo que técnicamente se conoce como "derivados".

Los países industrializados y naciones como Suiza, que tienen una poderosa industria farmacéutica, querían un acuerdo mucho más limitado.

"Cada palabra en estos documentos no es sólo una palabra", dijo a la BBC Hugo Schally, principal negociador europeo en este tema. "Para la industria estas palabras pueden significar diferencias de miles de millones de dólares".


METAS POLÉMICAS
En materia de detener la pérdida de biodiversidad, el acuerdo logrado en Nagoya establece como meta proteger el 17% de los espacios terrestres y el 10% de los océanos, para 2020.

Muchos expertos consideran estas metas demasiado débiles, apuntando que ya se protege al 13% de las superficies terrestres y que la meta del 10% para áreas marinas es la que ya existía antes de la cumbre.

Varias organizaciones de conservación expresaron que las nuevas metas pueden no ser suficientes para detener la pérdida de especies.

"Los delegados se irán ahora de Nagoya, pero el trabajo para salvar la vida en el planeta tiene que reanudarse el lunes por la mañana", dijo a la BBC Jane Smart, de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Japón asumió la presidencia de la Convención de Diversidad Biológica hasta 2012 y según Wakao Hanaoka, de Greenpeace, "eso debe significar en la práctica que tome medidas concretas para reducir la pesca de especies lucrativas y amenazadas como el atún rojo".

El director del Fondo Mundial para la Naturaleza, Jim Leape, dijo que a pesar de las limitaciones del acuerdo "éste reafirma la necesidad fundamental de conservar la naturaleza como la base de nuestra salud y nuestra economía. Los gobiernos han dado un fuerte mensaje de que proteger al planeta es un tema central de la política internacional".



RECURSOS FINANCIEROS
Varios países en desarrollo advirtieron que no tienen los fondos necesarios para implementar las nuevas metas. Ponerlas en práctica requiere desde pagar guardias hasta sistemas complejos de monitoreo.

"Los bosques en nuestros países son vitales para todo el planeta y esperamos ayuda financiera para poder conservarlos por el bien común de la humanidad", dijo Johansen Voker, de la Agencia de Protección Ambiental de Liberia

Los países desarrollados se comprometieron a establecer mecanismos para reunir fondos de ayuda para 2020, lo que puede significar un importante flujo de fondos para las naciones en desarrollo. Los planes deben estar en pie para 2012, cuando Rio de Janeiro será la sede de la segunda Cumbre de la Tierra, dos décadas después de albergar la primera.

Las cifras que se manejan parecen demasiado ambiciosas, particularmente si se tiene en cuenta que los gobiernos ya se han comprometido a reunir US$100 mil millones para combatir el cambio climático para 2020.


"Pensar en resolver el problema de la pérdida de biodiversidad sólo con fondos públicos es una ilusión", dijo a la BBC la ministra de Medio Ambiente de Francia, Chantal Jouanno. "Las empresas privadas deben contribuir y esto es algo lógico, porque obtienen ganancias aprovechando los recursos de la biodiversidad".

La cumbre en Nagoya fue la X Conferencia de las Partes de la Convención sobre Biodiversidad (COP10). Tanto el secretario general de la Convención como la ONU habían admitido antes del encuentro el fracaso individual y colectivo en reducir la pérdida de biodiversidad.

La gran pregunta es si las metas acordadas en Nagoya son lo suficientemente específicas para alterar lo que para muchos es la gran tragedia: la pérdida de biodiversidad a un ritmo mil veces superior al considerado natural. Al menos un quinto de las especies del planeta están amenazadas de desaparecer. En el caso de los anfribios, la cifra es superior al 40%.

En palabras del naturalista Edward O. Wilson, "estamos dejando escapar la naturaleza de entre nuestras manos y con ello nos estamos perdiendo a nosotros mismos".

Fuente: BBC Mundo

CASOS DE ÉXITO Y FRACASO PARA LA BIODIVERSIDAD
Entre los casos de éxito, destaca la creación, a través de Naciones Unidas, de un órgano científico de seguimiento del estado de la biodiversidad, la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios del Ecosistema (IPBES, en sus siglas en inglés), equivalente al Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés).

Además, todas las partes de la Convención en relación a Biodiversidad y Cambio Climático han aplicado el principio de precaución que establece una moratoria sobre los experimentos de geo-ingeniería, que pretenden modificar el clima con alteraciones biológicas o físico-químicas del medio a gran escala.

“La sesión final de la Conferencia ha permitido también reconocer la importancia del enfoque ecosistémico en la lucha contra el cambio climático (mitigación y adaptación)”, señalan desde Ecologistas en Acción.

Sin embargo, desde las organizaciones ecologistas critican las decisiones tomadas en otros ámbitos. En relación a los biocombustibles, “el texto final acordado es más débil que el documento de referencia remitido por el órgano de asesoramiento científico-técnico de la Convención, el SBSTTA. Se pierde prácticamente la referencia al principio de precaución y se convierte en un texto que a la práctica promociona los biocombustibles”, aseguran desde la ONG que lo considera “un error”.

Otro texto aprobado sobre biodiversidad y agricultura ignora la recomendación científica de establecer una moratoria sobre la liberación de Organismos Genéticamente Modificados al medio ambiente. Según los ecologistas, la presión de la industria agroalimentaria de ciertos países (sobre todo EE UU y Brasil) ha sido más fuerte que la comunidad científica. “En lugar de una moratoria sólo se ha acordado tener en cuenta el principio de precaución”, informan.

ORANGUTANES Y FOCAS MONJE A SALVO.
El Gobierno de España y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) anunciaron durante la celebración de la Cumbre de Nagoya una nueva Alianza a favor de las áreas protegidas bajo la iniciativa LifeWeb. Esta alianza aumentará los ingresos y mejorará la conservación de áreas protegidas en Asia, África y América Latina y aportará beneficios para las comunidades locales y poblaciones indígenas vinculadas a estas áreas protegidas.

A través de esta actuación, los orangutanes y las focas monje son dos de las especies beneficiadas por el apoyo de España para reforzar su conservación. En total, más de 15 áreas protegidas, incluyendo una para la gestión de las focas monje de Mauritania y otra en Sumatra –hogar de orangutanes, tigres y elefantes- recibirán 6,8 millones de dólares para fomentar su conservación.

“El crecimiento en las áreas protegidas es uno de los verdaderos éxitos de conservación en el último medio siglo. El reto es asegurar que el mayor número posible de estas casi 100.000 zonas estén bien gestionadas, de manera que se maximicen las oportunidades de subsistencia y los ingresos de las comunidades locales, a la vez que se garantice la conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas de gran importancia económica que se encuentran en estas importantes zonas”, aseguró Teresa Ribera, secretaria de Estado para el Cambio Climático de España.

Según Ribera, la inversión del gobierno español está dirigida a lograr estos objetivos de triple victoria, e inicialmente, hacer realidad las oportunidades en los 11 proyectos piloto en áreas protegidas marinas, costeras y terrestres. “Al hacerlo, se está contribuyendo al avance en el logro de las metas de biodiversidad y los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la pobreza”, ha añadido.

Fuente: RDI Press

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