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martes, 4 de mayo de 2010

YATE ESPACIAL IKAROS

Una especie de papalote galáctico será depositado por Japón en el espacio profundo para navegar ondas solares mientras recava información.

Como una especie de cometa o papalote cósmico, con forma cuadrada y una espesura menor a la de un cabello humano, Ikaros navegará el espacio profundo impulsado por ondas solares emitidas desde el astro rey. Diseñado por la Agencia Espacial de Japón, esta peculiar nave viajará hacia Venus, mítico planeta alrededor del cual recopilará información útil para ampliar nuestro conocimiento sobre el sistema solar. En caso de ser exitosa esta misión de seis meses, Ikaros continuaría su etéreo recorrido hacia Júpiter.

Es una tecnología híbrida que combina la electricidad con la presión. La navegación solar es una tecnología que permite viajar a través del espacio sin necesidad de combustible, mientras el sol continúe irradiando ondas solares” afirma Yuichi Tsuda, uno de los expertos en la AEJ.

Ikaros, con un costo de cerca de 50 millones de dólares, “es la primer nave solar que emplea propulsión fotónica y generación de poder a través de una película ultradelgada que le permite una navegación interplanetarias” afirmó un vocero de la AEJ. Su nombre, además de una alusión directa al mito griego del héroe Ícaro, corresponde a un acrónimo: Kite-craft Accelerated by Radiation of the Sun. Con esta expedición podría inaugurarse un nuevo trend galáctico en el que el espacio exterior se vea poblado de naves que van surfeando las ondas solares en busca de algunas de las respuestas arquetípicas que la humanidad ha buscado durante milenios.

“Las velas solares son una tecnología capaz de realizar viajes sin combustible mientras haya sol. La disponibilidad de electricidad nos permitirá navegar más lejos y con mejor eficacia en el sistema solar”, añadió.

JAXA planea controlar la trayectoria de Ikaros cambiando el ángulo con el que las partículas solares rebotan en las velas.

En el lanzamiento la forma de Ikaros será la de un corto cilindro pero una vez en el espacio extenderá sus velas de 14 metros, explicó JAXA.

El nombre de la nave espacial alude a Icaro, figura de la mitología griega que por tratar de volar cerca del sol cayó al mar, pero Tsuda prometió que “este Ikaro no volará hasta el sol”.

El mismo cohete también lanzará el primer satélite japonés hacia Venus, llamado Akatsuki, o PLANETA-C, que trabaja junto con el Venus Express, un satélite que envió la Agencia Espacial Europea.

En los próximos años la agencia espacial japonesa lanzará otros proyectos.

Un panel de expertos propuso al gobierno japonés de enviar un robot con ruedas a la luna en cinco años y construir la primera base lunar para 2020, indicó un responsable de la oficina central japonesa de políticas espaciales este martes.

Según este plan, las tareas del robot serían las de montar un punto de observación, tomar muestras geológicas y enviar informaciones a la Tierra. El robot armaría paneles solares para generar energía, indicó el responsable.

El panel de expertos consideró en un primer momento enviar dos robots humanoides pero juzgó que un robot todoterreno sería más práctico.

El equipo también ambiciona con construir la primera estación lunar para 2020, que estará operada por avanzados robots con rueda, dijo.

El grupo estima que la misión, sin tripulación, tendrá un costo para Japón de 2 000 millones de dólares en los próximos 10 años.

Los 20 miembros del equipo, compuesto por expertos de JAXA, empresarios y académicos, asesora al ministro de Transporte japonés Seiji Maehara.

Presentarán al ministro en junio un informe que será debatido en la oficina central de políticas espaciales, presidida por el primer ministro Yukio Hatoyama.

Fuente: Pijamasurf

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