Investigadores de la Universidad de Tokio en Japón y la Universidad de Nueva Gales del Sur en Camberra (Australia) han descubierto una forma de teleportar luz cuántica, o luz que está en el denominado 'estado del gato de Schrödinger', al destruirla en un lugar y recrearla en otra localización remota. Su trabajo se publica en la revista 'Science'.
Según sus creadores, este método podría utilizarse para diseñar ordenadores cuánticos más rápidos que fueran capaces de transportar información de forma segura e instantánea.
Los científicos, dirigidos por Noriyuki Lee, combinaron múltiples fenómenos cuánticos, incluyendo la constricción, la sustracción fotónica, el entrelazamiento y la detección homodina para construir el dispositivo de teleportación y lo utilizaron para teleportar paquetes de ondas no clásicas de luz de un lugar a otro.
Como en el ejemplo clásico del gato de Schrödinger, estos paquetes entrelazados de luz estaban en un estado de superposición, o paradójicamente "muertos" o "vivos" al mismo tiempo.
Según los investigadores, los paquetes de ondas de luz eran destruidos y reconstruidos sin la alteración de estas frágiles y cuánticas características.
Los científicos, dirigidos por Noriyuki Lee, combinaron múltiples fenómenos cuánticos, incluyendo la constricción, la sustracción fotónica, el entrelazamiento y la detección homodina para construir el dispositivo de teleportación y lo utilizaron para teleportar paquetes de ondas no clásicas de luz de un lugar a otro.
Como en el ejemplo clásico del gato de Schrödinger, estos paquetes entrelazados de luz estaban en un estado de superposición, o paradójicamente "muertos" o "vivos" al mismo tiempo.
Según los investigadores, los paquetes de ondas de luz eran destruidos y reconstruidos sin la alteración de estas frágiles y cuánticas características.
Fuente: EuropaPress
El Gato de Schrödinger (Wikipedia)
El experimento del gato de Schrödinger o paradoja de Schrödinger es un experimento imaginario concebido en 1935 por el físico Erwin Schrödinger para exponer uno de los aspectos más extraños, a priori, de la mecánica cuántica.
Schrödinger nos propone un sistema formado por una caja cerrada y opaca que contiene un gato, una botella de gas venenoso, una partícula radiactiva con un 50% de probabilidades de desintegrarse en un tiempo dado y un dispositivo tal que, si la partícula se desintegra, se rompe la botella y el gato muere.
Al depender todo el sistema del estado final de un único átomo que actúa según las leyes de la mecánica cuántica, tanto la partícula como la vida del gato estarán sometidos a ellas.
De acuerdo a dichas leyes, el sistema gato-dispositivo no puede separarse en sus componentes originales (gato y dispositivo) a menos que se haga una medición sobre el sistema.
El sistema gato-dispositivo está en un entrelazamiento, Verschränkung, en alemán originalmente.
Siguiendo la interpretación de Copenhague, mientras no abramos la caja, el sistema, descrito por una función de onda, tiene aspectos de un gato vivo y aspectos de un gato muerto, por tanto, sólo podemos predicar sobre la potencialidad del estado final del gato y nada del propio gato.
En el momento en que abramos la caja, la sola acción de observar modifica el estado del sistema tal que ahora observamos un gato vivo o un gato muerto.
Esto se debe a una propiedad física llamada superposición cuántica que explica que el comportamiento de las partículas a nivel subatómico no puede ser determinado por una regla estricta que defina su función de onda.
La física cuántica postula que la pregunta sobre la vida del gato sólo puede responderse probabilísticamente.
La paradoja ha sido objeto de gran controversia (tanto científica como filosófica), al punto que Stephen Hawking ha dicho: «cada vez que escucho hablar de ese gato, empiezo a sacar mi pistola», aludiendo al suicidio cuántico, una variante del experimento de Schrödinger.
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