En el momento en que, tras la inquietud suscitada por el accidente nuclear de Fukushima, el Gobierno italiano parece dudar sobre su regreso anunciado a la energía nuclear (abandonada por referéndum en 1987), L'Espresso publica una serie de cables diplomáticos estadounidenses que revelan “un escenario en el que los sobornos han decidido el futuro energético del país”.
Estos documentos, obtenidos por WikiLeaks, parecen certificar que entre 2005 y 2009, Estados Unidos pensaba presionar a Italia para que volviese a la energía nuclear con el fin de reducir su dependencia energética de Rusia y la influencia de la asociación entre el grupo italiano ENI y el ruso Gazprom.
Para ello, se presume Washington mantuvo un fuerte pulso con los competidores franceses EDF-Areva, favorecidos por informes privilegiados con muchas empresas italianas.
Al final, escribe L'Espresso, los lobbistas estadounidenses consiguieron convencer a Roma para que abandonase los criterios de seguridad establecidos por la UE para las nuevas centrales en favor de los de la OCDE, más flexibles.
Una victoria para sus empresas “obtenida en detrimento de la seguridad de los italianos”.
Para ello, se presume Washington mantuvo un fuerte pulso con los competidores franceses EDF-Areva, favorecidos por informes privilegiados con muchas empresas italianas.
Al final, escribe L'Espresso, los lobbistas estadounidenses consiguieron convencer a Roma para que abandonase los criterios de seguridad establecidos por la UE para las nuevas centrales en favor de los de la OCDE, más flexibles.
Una victoria para sus empresas “obtenida en detrimento de la seguridad de los italianos”.
Fuente: PressEurop
LA ENERGÍA NUCLEAR EN EL MUNDO
Según datos de la Organización Internacional para la Energía Atómica (OIEA), 29 países cuentan con energía nuclear, con un total de 442 centrales nucleares en operación y una producción de 375.001 MW.
Oceanía es el único continente que carece de energía atómica y en el Hemisferio Sur del planeta sólo tres países cuentan con plantas de este tipo.
Europa es el continente con mayor número de centrales activas con un total de 195 reactores, lo que significa un 44,1 por ciento del total mundial, lo que le sirve para generar unos 170.016 MW de electricidad.
Francia es el país con mayor dependencia de la energía atómica, ya que el 75.12 por ciento de su consumo eléctrico proviene de sus 58 reactores activos.
España introduce a su red de distribución un 17,49 por ciento de energía proveniente de sus 8 reactores nucleares.
En el caso de América existen 128 plantas nucleares. Estados Unidos tiene en su territorio 104, es decir, el 81,25 por ciento del total del continente, lo que le sirve para generar un 20 por ciento de sus necesidades eléctricas.
Latinoamérica tiene tres representantes en la OIEA: Argentina, Brasil y México, cada uno con dos reactores activos.
El siguiente continente con el mayor números de reactores activos es Asia, que tiene en la actualidad 117, con los que genera 103.461 MW de electricidad.
Japón es el país con más reactores en activo, y aunque Fukushima ya no podría entrar en las estadísticas ofrecidas por la OIEA, aún quedarían 53 reactores, de los cuales se desprende cerca del 30 por ciento de la energía consumida.
El país asiático con mayor dependencia a la energía atómica es Armenia, cuya red eléctrica consume 44.95 por ciento de lo generado por la central nuclear de Metsamor, la única en el país.
Sudáfrica es el único país del continente africano es contar con generación eléctrica desde reactores nucleares, sólo tiene una planta y genera el 4,84 por ciento de la electricidad del país.
Europa es el continente con mayor número de centrales activas con un total de 195 reactores, lo que significa un 44,1 por ciento del total mundial, lo que le sirve para generar unos 170.016 MW de electricidad.
Francia es el país con mayor dependencia de la energía atómica, ya que el 75.12 por ciento de su consumo eléctrico proviene de sus 58 reactores activos.
España introduce a su red de distribución un 17,49 por ciento de energía proveniente de sus 8 reactores nucleares.
En el caso de América existen 128 plantas nucleares. Estados Unidos tiene en su territorio 104, es decir, el 81,25 por ciento del total del continente, lo que le sirve para generar un 20 por ciento de sus necesidades eléctricas.
Latinoamérica tiene tres representantes en la OIEA: Argentina, Brasil y México, cada uno con dos reactores activos.
El siguiente continente con el mayor números de reactores activos es Asia, que tiene en la actualidad 117, con los que genera 103.461 MW de electricidad.
Japón es el país con más reactores en activo, y aunque Fukushima ya no podría entrar en las estadísticas ofrecidas por la OIEA, aún quedarían 53 reactores, de los cuales se desprende cerca del 30 por ciento de la energía consumida.
El país asiático con mayor dependencia a la energía atómica es Armenia, cuya red eléctrica consume 44.95 por ciento de lo generado por la central nuclear de Metsamor, la única en el país.
Sudáfrica es el único país del continente africano es contar con generación eléctrica desde reactores nucleares, sólo tiene una planta y genera el 4,84 por ciento de la electricidad del país.
Fuente: Efeverde
LA ENERGÍA NUCLEAR EN DEBATE
"Hay que cerrar progresivamente los reactores y no construir nuevos", declara la organización ecologista Greenpeace. "Maldición del átomo", lanzan los Amigos de la Tierra.
"Continuar con lo nuclear, después de lo que ha pasado (en Japón), demuestra una total inconsciencia", declaró el ingeniero atómico Jean-Marie Brom, miembro de una organización que reagrupa a opositores a las plantas nucleares, Réseau Sortir du Nucléaire (Red Salir del Nuclear, RSN).
Según Brom, tras la catástrofe de Chernobyl se podía ocultar la amenaza que representa la energía nuclear diciendo: "No es posible que eso que pasó allí pase aquí, los rusos no saben lo que hacen".
"Pero ahora, con lo ocurrido en Japón, ya no se puede mentir, porque los japoneses son tan capaces como nosotros en cuanto a tecnología", agrega Brom, director de investigaciones en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés).
El debate sobre lo nuclear, que se encendió tras la catástrofe de Three Miles Island en Estados Unidos en 1979 (incidente clasificado 5 en una escala de 7) y Chernobyl (ex URSS) en 1986 (nivel 7), no estaba dormido del todo pero se había atenuado antes del sismo en Japón.
La industria nuclear civil se mostraba segura de sí y crecía, en el contexto del alza del precio del barril de petróleo.
Pero el sismo de Japón ha mostrado que "lo nuclear es un coloso con pies de barro", afirma RSN, que recuerda que los "terremotos no suceden sólo en Extremo Oriente".
Sofia Majnoni, de Greenpeace Francia, coincide en subrayar que el cataclismo en Japón "va a terminar con 25 años de discurso bien rodado sobre la seguridad nuclear, principalmente para Areva", el grupo nuclear francés, uno de los gigantes mundiales en este sector.
"Hace ya tiempo que lanzábamos una llamada de alerta, y lamentamos que haya tenido que producirse una catástrofe como la de Japón para que las autoridades se planteen interrogantes" sobre la energía nuclear, declaró Majnoji a la AFP.
"Y ni siquiera es seguro que se las vayan a plantear en serio", añadió Majnoni, que subrayó que "aún no se sabe la magnitud" de la catástrofe en Japón, "ni cuánto va a durar, ni durante cuánto tiempo la central de Fukishima va a emitir emisiones radiactivas".
Los temores a un desastre nuclear en Japón han provocado además llamados para que los países verifiquen la seguridad de los reactores nucleares en sus territorios.
India anunció el lunes que había ordenado una revisión técnica inmediata de todos los sistemas de seguridad de las centrales nucleares en todo el país.
Y desde Austria a Australia, los militantes ecologistas se han lanzado a la calle, organizando marchas y concentraciones de protesta para alertar de los peligros de la energía nuclear y llamar la atención sobre las lecciones de Fukushima.
En Alemania -donde el movimiento antinuclear se ha fortalecido desde que el gobierno liberal-conservador de Angela Merkel decidió prolongar la explotación de las 17 centrales nucleares, que la anterior administración socialdemócrata quería cerrar en 2021- se formaron el domingo cadenas humanas de decenas de miles de personas en todo el país.
Austria, donde los ecologistas reclaman con frecuencia el cierre de las centrales en las cercanas Eslovenia y Eslovaquia, exigió el domingo la realización de pruebas de resistencia de las centrales nucleares en Europa, para verificar si son "seguras en caso de sismo".
En Estados Unidos, tras el sismo en Japón, algunos legisladores pidieron una moratoria nuclear que ponga freno al desarrollo de la energía nuclear en ese país.
Y en Europa, donde alrededor de un 15% de la energía consumida en la Unión Europea es producida por plantas atómicas, Bruselas ha convocado a una reunión urgente de responsables de seguridad nuclear en la UE y operadores de centrales para evaluar las consecuencias del accidente de Fukushima.
"Continuar con lo nuclear, después de lo que ha pasado (en Japón), demuestra una total inconsciencia", declaró el ingeniero atómico Jean-Marie Brom, miembro de una organización que reagrupa a opositores a las plantas nucleares, Réseau Sortir du Nucléaire (Red Salir del Nuclear, RSN).
Según Brom, tras la catástrofe de Chernobyl se podía ocultar la amenaza que representa la energía nuclear diciendo: "No es posible que eso que pasó allí pase aquí, los rusos no saben lo que hacen".
"Pero ahora, con lo ocurrido en Japón, ya no se puede mentir, porque los japoneses son tan capaces como nosotros en cuanto a tecnología", agrega Brom, director de investigaciones en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés).
El debate sobre lo nuclear, que se encendió tras la catástrofe de Three Miles Island en Estados Unidos en 1979 (incidente clasificado 5 en una escala de 7) y Chernobyl (ex URSS) en 1986 (nivel 7), no estaba dormido del todo pero se había atenuado antes del sismo en Japón.
La industria nuclear civil se mostraba segura de sí y crecía, en el contexto del alza del precio del barril de petróleo.
Pero el sismo de Japón ha mostrado que "lo nuclear es un coloso con pies de barro", afirma RSN, que recuerda que los "terremotos no suceden sólo en Extremo Oriente".
Sofia Majnoni, de Greenpeace Francia, coincide en subrayar que el cataclismo en Japón "va a terminar con 25 años de discurso bien rodado sobre la seguridad nuclear, principalmente para Areva", el grupo nuclear francés, uno de los gigantes mundiales en este sector.
"Hace ya tiempo que lanzábamos una llamada de alerta, y lamentamos que haya tenido que producirse una catástrofe como la de Japón para que las autoridades se planteen interrogantes" sobre la energía nuclear, declaró Majnoji a la AFP.
"Y ni siquiera es seguro que se las vayan a plantear en serio", añadió Majnoni, que subrayó que "aún no se sabe la magnitud" de la catástrofe en Japón, "ni cuánto va a durar, ni durante cuánto tiempo la central de Fukishima va a emitir emisiones radiactivas".
Los temores a un desastre nuclear en Japón han provocado además llamados para que los países verifiquen la seguridad de los reactores nucleares en sus territorios.
India anunció el lunes que había ordenado una revisión técnica inmediata de todos los sistemas de seguridad de las centrales nucleares en todo el país.
Y desde Austria a Australia, los militantes ecologistas se han lanzado a la calle, organizando marchas y concentraciones de protesta para alertar de los peligros de la energía nuclear y llamar la atención sobre las lecciones de Fukushima.
En Alemania -donde el movimiento antinuclear se ha fortalecido desde que el gobierno liberal-conservador de Angela Merkel decidió prolongar la explotación de las 17 centrales nucleares, que la anterior administración socialdemócrata quería cerrar en 2021- se formaron el domingo cadenas humanas de decenas de miles de personas en todo el país.
Austria, donde los ecologistas reclaman con frecuencia el cierre de las centrales en las cercanas Eslovenia y Eslovaquia, exigió el domingo la realización de pruebas de resistencia de las centrales nucleares en Europa, para verificar si son "seguras en caso de sismo".
En Estados Unidos, tras el sismo en Japón, algunos legisladores pidieron una moratoria nuclear que ponga freno al desarrollo de la energía nuclear en ese país.
Y en Europa, donde alrededor de un 15% de la energía consumida en la Unión Europea es producida por plantas atómicas, Bruselas ha convocado a una reunión urgente de responsables de seguridad nuclear en la UE y operadores de centrales para evaluar las consecuencias del accidente de Fukushima.
Fuente: noticias.yahoo
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