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martes, 21 de septiembre de 2010

EL SALMÓN TRANSGENICO

Primero fue la carne clonada y ahora los pescados transgénicos. Estados Unidos no parece estar dispuesto a cerrar la puerta de sus supermercados a la biotecnología.

El nuevo salmón se llama «AquAdvantage» y ha sido desarrollado por la compañía AquaBounty.

Ofrece el mismo sabor, textura y propiedades nutricionales que su pariente natural más próximo, el salmón común o del Atlántico. Pero su rendimiento económico es superior. Crece el doble de rápido y alcanza su tamaño final en la mitad de tiempo.

Frente a los tres años que necesita el salmón del Atlántico para completar su desarrollo, «AquAdvantage» está listo para servirse en el plato en apenas año y medio. Esa característica tan especial es lo que le convierte en una especie tan atractiva para la acuicultura.

A simple vista es similar a un salmón del Atlántico, aunque sólo lo parece. En realidad es un cóctel genético de tres peces diferentes: el salmón común , un pez de la familia de las anguilas (Zoarces americanus) y el salmón real o Chinook, el gigante de los salmones.

El resultado es un pez híbrido, de apariencia similar al salmón común pero con dos genes ajenos, un gen de la hormona de crecimiento del salmón real y otro del pez-ánguila. Esos dos genes son los que le permiten acelerar su crecimiento.

Otra diferencia sustancial es que las hembras de estos salmones transgénicos son estériles. La compañía que los ha desarrollado justifica su decisión apelando a la protección de la biodiversidad.

En el caso de que algún ejemplar se escapara de las granjas marinas donde se crían no se mezclaría ni pondría en riesgo a la población natural. La fórmula también ofrece a la empresa una rentabilidad asegurada. Las piscifactorías dependerán de AquaBounty para tener nuevos salmones transgénicos y estarán obligadas a adquirir nuevas partidas de alevines cada vez.

ETIQUETA IDENTIFICATIVA

Como ocurrió con la carne clonada o los cultivos transgénicos, el salmón modificado genéticamente no ha pasado desapercibido ni para las organizaciones de consumidores ni para los grupos ecologistas. Incluso una coalición que representa a chefs de restaurantes ha pedido a la FDA que rechace la explotación del pescado.

Los expertos reunidos por la agencia estadounidense deberán decidir si el consumo y la explotación del nuevo pescado es seguro para la salud y el medio ambiente. Y también si el salmón modificado que llegue a los supermercados lucirá una etiqueta que desvele su origen al consumidor

Fuente: ABC.es


EL SALMÓN TRANSGÉNICO, EN TELA DE JUICIO - Cuestionan su seguridad para el consumo.

El primer animal genéticamente modificado para consumo humano se enfrenta a un futuro incierto, tras la evaluación ambivalente ofrecida este lunes por el equipo de asesores de la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).

Los miembros de esta organización del Gobierno de los Estados Unidos, responsable de la regulación de alimentos, medicamentos y cosméticos, tienen dudas respecto a la seguridad de utilizar el salmón transgénico como alimento para el ser humano.

La FDA ha mostrado su preocupación por el pez de crecimiento acelerado, creado por Aqua Bounty Technologies Inc, ya que dicen que no hay datos suficientes para resolver dudas claves sobre los riesgos potenciales que presenta su consumo.

Sin embargo, parece no haber consenso dentro de la organización, ya que, mientras unos muestran abiertamente sus dudas, otros sostienen que no existen diferencias entre el salmón alterado genéticamente y el natural.

Una aprobación polémica

Aqua Bounty está buscando la aprobación de Estados Unidos para comercializar su salmón del Atlántico genéticamente modificado, que contiene un gen de otras especies para crecer dos veces más rápido de lo normal.

Si obtiene la autorización, el salmón de Aqua Bounty sería el primer animal genéticamente modificado para consumo humano en Estados Unidos.

Tanto algunos miembros de la FDA como Aqua Bounty Technologies Inc dijeron que el pez de rápido crecimiento parece presentar las mismas características que el salmón normal del Atlántico, y no representa amenazas para el medio ambiente o su consumo. Pero casi una docena de defensores de consumidores, ambientalistas y otras entidades protestaron por la iniciativa iniciando una masiva recogida de firmas.

Argumentan que no hay datos suficientes que permitan asegurar que comer este tipo de pescado no causa efectos colaterales como reacciones alérgicas, o que la fuga accidental de estos animales a medios naturales no tendría consecuencias nefastas para la biodiversidad de la zona. "Esto no es lo que quiere el público", dijo la analista de la Sociedad Estadounidenses contra la Vivisección Nina Mak.

Veredicto ambiguo

Superar las críticas y obtener el respaldo de la FDA es crucial para Aqua Bounty, una compañía que hasta la fecha no ha conseguido la aprobación de otros productos, y que vio aumentar más de un triple sus acciones este año ante la posible luz verde de la FDA.

Tras 11 horas de deliberaciones, el equipo de asesores de la administración no entregó un veredicto claro sobre si el salmón es apto para el consumo. La organización estadounidense tomará en cuenta los comentarios antes de tomar una decisión definitiva, pero no han precisado una fecha al respecto.

La semana pasada, varios grupos protestaron frente a la Casa Blanca en un intento por instar al presidente Barack Obama a bloquear la posible aprobación.

Una de las mayores preocupaciones en caso de que se apruebe el salmón genéticamente alterado, es cómo sabrán los consumidores que están comprando ese tipo de alimento, ya que las reglas actuales de la FDA sólo piden etiquetado especial cuando hay una "diferencia material" en el resultado final del producto alimenticio.

Fuente: El Mundo

EL PELIGRO DE LOS GENES TROYANOS

“Muchos laboratorios están estudiando si los organismos modificados genéticamente son seguros para el consumo humano pero, hasta donde yo sé, el nuestro es el único que estudia si serán seguros para el planeta”, declaró en febrero de 2004 el biólogo Richard Howard, de la Universidad de Purdue (EEUU). Exageraba.

Científicos de la Universidad de Ohio, por ejemplo, habían analizado en 2003 más de 150.000 semillas cultivadas en México para buscar huellas de contaminación de genes de plantas transgénicas en el maíz nativo. No hallaron ni rastro, pero estos estudios eran poco conocidos cuando Howard se topó con una peligrosa carambola producida por un pez transgénico.

Su equipo, con dinero del Departamento de Agricultura de EEUU, descubrió con un modelo matemático (no en condiciones naturales) que la versión modificada genéticamente de una especie de pez, el medaka japonés, se reproducía tres veces más rápido que sus hermanos no transgénicos debido a su mayor tamaño. Sin embargo, por cada 100 crías naturales que llegaban a adultas, sólo 70 transgénicas lo conseguían. “Imagina un pastel, y que te comes un tercio al día.

La mitad habrá desaparecido en dos días y en una semana sólo te quedará una décima parte. Es concebible que un efecto similar ocurra en las poblaciones de peces si un organismo modificado con estos genes troyanos se escapa”, alertaba Howard.

Su estudio, publicado en la revista PNAS, es la principal munición de las ONG que se oponen a los “peces frankenstein”. Para AquaBounty, la empresa que desarrolla el salmón transgénico, el riesgo es ínfimo.

La compañía, que sólo venderá los huevos a las piscifactorías, asegura que todos sus salmones serán hembras estériles que se criarán en instalaciones cerradas. “Como estos peces son incapaces de reproducirse, no puede haber flujo genético a los salmones salvajes”, arguyen.

Sin embargo, al responsable de la campaña de Transgénicos de Greenpeace, Juan-Felipe Carrasco, no le tranquiliza esta respuesta. Señala que los salmones pueden “desequilibrar los ecosistemas” si llegan al mar, “como ha ocurrido con truchas no transgénicas de piscifactoría que han escapado y están compitiendo por su mayor tamaño con las poblaciones naturales”.

Para Carrasco, es necesario cambiar el sistema. “Para dar de comer a este monstruo hay que pescar más y plantar más soja, porque consume pienso vegetal y animal. Lo que hay que hacer es consumir productos locales y de temporada y evitar los derivados animales, no producir salmones transgénicos”.


Fuente: Público.es

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