Nos vienen pidiendo hace rato que hagamos referencia al vegetarianismo, desde el punto de vista espiritual y desde su aspecto netamente científico.
¿Quién hubiera dicho tiempo atrás, que los grandes diarios del mundo publicarían en su tapa noticias cada vez más frecuentes sobre las ventajas ya indiscutidas del vegetarianismo?
La última que recorrió las rotativas fue la referida a la proporción entre la ingesta de carne y el arrollador riesgo cardíaco.
Muchos de los mismísimos premios Nobel se han convertido en difusores y practicantes confesos de una alimentación que ya no incluye cadáveres, por la lentitud nociva del proceso digestivo, en el que perdemos la mayor energía metabólica del día, y la acumulación de grasas animales como principal causa de mortalidad, incluso en un tema antes no reconocido, y ahora vox populi, como la generación de cánceres varios.
Desde el punto de vista espiritual, se explica que el animal capta el momento en que está siendo asesinado y quién lo mata, recibe una perturbación energética que le genera violencia, agresividad, y un karma residual muy duro, y quien lo consume, aunque no lo haya matado, capta en menor grado, pero en forma inevitable los efectos negativos del acto de la muerte del animal.
La industria en torno al matadero es de un horror, rayano al de un campo de concentración en el cual han perdido la vida millones de seres humanos.
Le estamos haciendo lo mismo al animal y creemos que podemos salir indemnes de crueldades que parecen estar socialmente aceptadas?
El planeta está pidiendo a gritos un cambio, de compasión, de sentido común, de misericordia, de respeto por la creación.
Todo está volviendo en contra del hombre. ¿Qué le hacemos a hermanos de una evolución aparentemente inferior, pero con más lecciones de nobleza instintiva que los propios humanos?
Presten atención a estas frases de seres extraordinarios y es interesante recordar que los grandes seres espirituales de la historia conocida, eran vegetarianos: Jesús, Buda, Sai Baba, Rama, Krishna, Moisés, Zoroastro, Saint Germain, Confucio, Lao Tse, Amma, Ching Hai, y tantísimos genios que marcaron su época, y que iremos también mencionando en próximos textos.
“Llegará un tiempo en que los seres humanos se contentarán con una alimentación vegetal y se considerará la matanza de un animal como un crimen. Igual que el asesinato de un ser humano. Llegará un día en el que los hombres como yo, verán el asesinato de un animal como ahora ven el de un hombre. Verdaderamente el hombre es el rey de las bestias, pues su brutalidad sobrepasa la de aquellas. Vivimos por la muerte de otros. Todos somos cementerios”. Leonardo Da Vinci.
“Siento que el progreso espiritual nos demanda el que dejemos de matar y comer a nuestros hermanos, criaturas de Dios y sólo para satisfacer nuestros pervertidos y sensuales apetitos. La supremacía del hombre sobre el animal debería de demostrarse no sólo avergonzándonos de la bárbara costumbre de matarlos y devorarlos sino cuidándolos, protegiéndolos y amándolos. No comer carne constituye, sin la menor duda, una gran ayuda para la evolución y paz de nuestro espíritu”. Ghandi.
“Mientras seamos las tumbas vivientes de bestias asesinadas, ¿cómo podemos esperar condiciones ideales sobre esta tierra?”. “El domingo oramos pidiendo que la luz ilumine nuestro camino. Estamos cansados de guerras, no queremos más combates, pero sin embargo, nos atiborramos de cuerpos muertos”. George Bernard Shaw.
“Amad a todo ser viviente y pacificad vuestros espíritus dejando de matar y comer animales; he ahí la verdadera prueba de religiosidad pues el verdadero sabio y hombre de Dios no sólo no matará ni comerá a ninguna criatura sino que amará, conservará y potenciará la vida en todas sus manifestaciones”. Buda.
“¿Cómo podéis asesinar y devorar despiadadamente a esas adorables criaturas que mansa y amorosamente os ofrecen su ayuda, amistad y compañía?”. San Francisco de Asís.
“Una vaca o una oveja que yacen muertas en un prado son consideradas carroña. El mismo cadáver en una carnicería se considera comida”. Dr.Kellog.
“Mientras los hombres sigan masacrando a sus hermanos los animales, reinará en la Tierra la guerra y el sufrimiento y se matarán unos a otros, pues aquel que siembra el dolor y la muerte no podrá cosechar ni la alegría, ni la paz, ni el amor”. Pitágoras.
“No olvides que por muy alejado y escondido que este el matadero, tú que comes carne siempre serás su cómplice”. Emerson.
“Si un hombre aspira sinceramente a vivir una vida más amorosa y espiritual, su primera decisión debería ser la de abstenerse de comer carne”. Tolstoi.
“No permitáis que nadie pase por alto la carga de su responsabilidad. Mientras tantos animales sigan siendo maltratados, mientras los lamentos de los animales sedientos en los vagones de carga se enmudezcan, mientras tanta brutalidad prevalezca en nuestros mataderos, todos nosotros seremos culpables. Cada cosa que vive tiene valor como ser vivo, como una de las manifestaciones del misterio de esta vida”. Albert Schweitzer. (Premio Nobel de la Paz, 1952).
Gracias por existir
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