En una ejemplar manifestación de poder ciudadano, los ejecutivos de ING renuncian a sus bonos, luego de que clientes amenazaran con retirar su dinero de este banco holandés.
Los altos ejecutivos de los grandes bancos en el mundo se pagan exorbitantes bonos anuales como parte de una clase privilegiada que contral el dinero.
Pero al menos en Holanda, sus jugosos cheques están siendo amenazados por protesas que están usando la sredes sociales para organizarse masivamente.
El banco ING, basado en Holanda, ha sufrido el primero de estos merecidos embates, cuando sus clientes han amenazado con retirar su dinero del banco si sus ejecutivos cobraban los bonos.
El director de ING, Jan Hommen iba a recibir 1 millón de euros en bono, una suma bastante moderada considerando los 7.7 millones de libras que recibirá Stephen Hester de RBS y los 6.5 millones que recibirá Bob Diamond de Barclays, mientras que algunos banqueros de Goldman Sachs y JP Morgan tienen en el horizonte bonos de hasta 40 millones de dólares.
La diferencia radica en que Holanda se ha organizado de manera efectiva y no tolera estos bonos, que en otros países son objeto de la indignación pero no de la acción colectiva. Sin duda, el ejemplo holandés marca una destacada pauta a seguir.
Pero al menos en Holanda, sus jugosos cheques están siendo amenazados por protesas que están usando la sredes sociales para organizarse masivamente.
El banco ING, basado en Holanda, ha sufrido el primero de estos merecidos embates, cuando sus clientes han amenazado con retirar su dinero del banco si sus ejecutivos cobraban los bonos.
El director de ING, Jan Hommen iba a recibir 1 millón de euros en bono, una suma bastante moderada considerando los 7.7 millones de libras que recibirá Stephen Hester de RBS y los 6.5 millones que recibirá Bob Diamond de Barclays, mientras que algunos banqueros de Goldman Sachs y JP Morgan tienen en el horizonte bonos de hasta 40 millones de dólares.
La diferencia radica en que Holanda se ha organizado de manera efectiva y no tolera estos bonos, que en otros países son objeto de la indignación pero no de la acción colectiva. Sin duda, el ejemplo holandés marca una destacada pauta a seguir.
Fuente: Pijamasurf
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