Suponemos que muchos han recibido alguna vez un producto por encomienda: a veces compras por internet, a veces un regalo de un familiar que vive en provincia.
Lo importante es que usualmente el producto que contiene el paquete viene protegido y aislado por alguna clase de material acolchado.
A veces son bolitas de espuma, otras un molde de plumavit.
En algunos casos es plástico de burbujas y cuando no hay mucha producción también algunas hojas de periódico arrugadas sirven.
Dándole un giro a este estilo de proteger los productos para envío, la empresa Ecovative Designs está usando un producto bautizado como Mycobond, elaborado a partir de hongos.
En buenas cuentas, más que elaborar Mycobond, lo cultivan.
Dicen que en el proceso de fabricación se gasta la octava parte de la energía necesaria para generar el mismo volumen de pellets de espuma, y se emite a la atmósfera la décima parte de CO2.
Ecovative Designs está trabajando con fondos de la National Science Foundation de Estados Unidos para perfeccionar el cultivo de los hongos, que actualmente ocurre en laboratorio bajo ambiente controlado.
La idea es permitir que crezcan sanos y limpios de otras especies nocivas para su desarrollo (insectos y otros hongos, por ejemplo) que deterioran el producto final, y para ello utilizan ciertos productos naturales -orégano y canela, entre otros- a modo de desinfectante.
Dicen que cuando terminen el desarrollo del producto, esperan que la generación de Mycobond sea cuarenta veces más eficiente, en términos de energía por volumen, que fabricar pellets de espuma u otro material sintético.
Justamente por no depender del petróleo, y proponer una alternativa sustentable para una necesidad patente, la NSF tiene altas expectativas para sus “apadrinados”.
Según comentaron, se espera incluso que para el 2013 empiecen a ofrecer kits para que las mismas empresas cultiven su propio Mycobond.
Vale la pena señalar que cuando se recibe y abre un paquete en donde el producto viene aislado con Mycobond, la idea no es que te comas los hongos ni los consumas de ninguna forma: no son comestibles ni menos alucinógenos.
Probablemente son tóxicos y la idea es que los botes o los añadas a tu compostera si es que estás haciendo tierra de hoja en el patio.
Fuente: Mother Nature Network