Lewis B. Hainsworth de la región Occidental de Australia fue el precursor de las primeras investigaciones relativas al reconocimiento de señales relacionadas entre las frecuencias cerebrales y los ritmos de reconocimiento de las ya entonces conocidas como Resonancias Schumann (RS), ubicadas en el espacio comprendido entre la superficie de la Tierra y la Ionosfera.
Los resultados de la investigación independiente de Hainsworth fueron compartidos en 1975 y posteriormente investigados en profundidad por el Dr. Robert O. Becker experto en contaminación electromagnética en el Departamento de neurología de la Universidad de Harvard.
En 1977 este fenómeno (la relación entre los ritmos cerebrales y el espectro de las señales de Extremadamente Baja Frecuencia (ELF) constituyeron las bases para el estudio realizado por Itzhak Bentoy “Stalking the Wild Pendulum”.
En dicho estudio, se analizó la correlación existente entre las ondas cerebrales y las RS. Una investigación posterior, confirmó de nuevo la relación existente entre la salud humana y el bienestar y determinados fenómenos psíquicos relacionados con las RS. (Dutton 1977).
Hainsworth ya anticipó una clara distinción entre la contaminación electromagnética peligrosa y la existencia de las Ondas Electromagnéticas beneficiosas, tomando como referencia los pulsos electromagnéticos procedentes de tecnologías como HAARP [High-frequency Active Auroral Research Program], altamente peligrosas, pues supone el envío de violentas pulsaciones hacia la Ionosfera terrestre y que potencialmente pueden interferir las RS en la superficie del planeta y ciertamente afectar a toda la biosfera y en particular al comportamiento y la salud del ser humano.
Recientemente, algunos investigadores como (RL Guerrero y D. Broers 2010) han descubierto que las frecuencias de las RS se han ido incrementando en algunos ciclos por segundo respecto a las mediciones efectuadas por Polk y en consecuencia afectando la lógica de los procesos biofísicos, las estructuras del ADN y los procesos de negociación del sistema nervioso.
Este proceso se ha denominado: Relación Ionogenomática y se define como la interelación entre la biofísica, la ionosfera y el ADN, mediante los paquetes de datos que van asociados a las RS.
El ingeniero de Telecomunicaciones Lewis B Hainsworth, fue el primero en sugerir que la salud humana estaba vinculada con los parámetros geofísicos através de las RS naturales.
En su hipótesis original, los ritmos de actividad alfa cerebral interactuaban con las RS armonizando los procesos de las señales electromagnéticas del cerebro. Hainsworth, añadía que la percepción de bienestar y/o malestar físico estaba en relación causa-efecto con las ELF, por lo que las interferencias en las RS Ionosféricas, alterarían igualmente la salud.
Finalmente Hainsworth concluía que las frecuencias procedentes de las ondas cerebrales interactuaban con las emisiones RS y generaban respuesta, por lo que la lógica de este proceso está interconectada con el proceso evolutivo del ser humano. Hainsworth, concluye que las variaciones en los patrones de las RF y su interacción con las ELF podrían producir efectos desastrosos o beneficiosos para la salud humana.
La naturaleza de los estímulos aplicados, hace complicada la tarea de identificar las respuestas directamente, ya que éstas generalmente se evidencian en la forma de procesos de estados de stress o estados alterados de conciencia.
Las perturbaciones asociadas a dichas variaciones implican un drástico incremento en desórdenes mentales, conducta antisocial, somatización de estados de dolor y otras perturbaciones neurológicas. Así mismo, las interferencias en el proceso de negociación con las RS, también han estado asociadas con procesos de crecimiento anormal de tejidos (cancer) e inmunodeficiencia.
Todos estos factores podrían condicionar la aparición de nuevos trastornos y enfermedades probablemente acompañados por una menor resistencia a las infecciones menores, asociado a un incremento anormal de la proliferación de tejidos celulares, incremento del cáncer defectos congénitos de nacimiento, infertilidad y un incremento generalizado de los trastornos psicológicos, adicción a las drogas y suicidio.
Estos problemas psico-socio-biológicos incrementan en escala a medida que existen desviaciones desde los ciclos normales del alfa de 10.4Hz a 13 Hz, con cambios detectables en las características psicológicas y las abilidades mentales.
En este sentido, Hainsworth apuntaba ya que la interacción en el proceso podría interferirse o reforzarse por el propio individuo, de manera que éste adquiriese capacidades autónomas para autoregular sus procesos biofísicos en los procesos de salud consciente. Sin embargo el estudio de Hainsworth se centra únicamente en el nivel inconsciente.
Finalmente Hainsworth señala la necesidad de investigar en el marco de las medidas naturales de las señales de RS así como sus interferencias, variaciones, y amplitudes de onda, anchos de banda, espectros y compararlas con las estadísticas existentes de ataques cardiacos, tentativas de suicidio, accidentes en carretera, violencia social, accidentes domésticos, crímenes, etc.
En esta línea, surgen estudios como los llevados a cabo por Krippner y Persinger en 2001, en los que se buscan correlaciones entre experiencias psíquicas y movimientos de las placas tectónicas, así como la percepción de realidades cuánticas, informes de abducciones, avistamientos de OVNIS y otras experiencias biofísicas vinculadas a la modulación de las Resonancias Schumann.
Curiosamente en el estudio realizado por Krippner y Persinger, se adopta una metodología necesaria para ulteriores investigaciones que nos permitirán entender muchos de los aspectos que Hainsworth apunta y que Broers y yo consideramos esenciales.
En la misma línea, existe una evidencia fuerte de interacción entre la radiación microondas y los espectros de modulación de las RS. En este punto (Miller & Miller 2001), relacionan los efectos a corto, medio y largo plazo de las interacciones entre las ELF y las señales de HAARP.
En (“Synthetic Telepathy” Miller; Miller 2001), exponen los efectos de las ramificaciones residuales de la contaminación electromagnética y sus consecuencias en los ritmos de modulación de 10 a 50 Hz en el sistema humano.
En (The Diamond Body, 1981 Miller; Miller), ya se expone de forma extensa una aproximación a los beneficios de las RS y el bienestar humano, precisamente relacionado con los ritmos conscientes de relajación natural.
Cuando una persona entra en un estado de relajación profunda, sus ritmos cerebrales y cardíacos pueden ser detectados en un Electro Encefalograma y un Electro Cardiograma, en un ritmo que oscila en un rango comprendido entre los 7 a los 8 Hz.
En este estado, la RS de emisión aparece cuando la frecuencia natural de vibración de un órgano es amplificada por las vibraciones de otro órgano a la misma frecuencia. Denominamos este proceso como efecto Miller o principio de coherencia de las RS.
La cuestión de base implica la capacidad explícita de contagio de las RS, o la externalidad positiva del bienestar a nivel armónico. La relajación coherente, implica la convergencia armónica con los niveles de la RS en todos los órganos del cuerpo humano y por efecto de transmisión entre todos los individuos que realizan el mismo experimento.
Los osciladores alteran el entorno de una forma periódica. Si la onda genera un oscilador armónico de señal larga, incrementa el espectro de amplificación natural de la resonancia, haciendo que el resto de los órganos del cuerpo sintonice la misma señal.
De la misma forma existe una jerarquía de frecuencias individuales y colectivas que enlazan nuestros estados de ánimo y percepciones psicológicas con los osciladores armónicos geofísicos de la carga electromagnética de la Tierra, que curiosamente genera impulsos en el espectro de Polk: De 7Hz a 50Hz.
Por simplificar, el efecto consiste en sintonizar de forma conjunta las mismas frecuencias desde diferentes espectros de banda, de forma que la resonancia sea convergente precisamente en el espectro de Polk. A este efecto le denominamos convergencia diferencial y es función directa de la convergencia de los diferenciales König-Guerrero de cada ser humano.
Los osciladores alteran el entorno de una forma periódica. Recientes estudios realizados por los hermanos Correa, han determinado que existe una relación lógica entre las estructuras subcuánticas del gravitón y el escenario de modificación del enrejado del quantum.
A esta relación causa/efecto entre un impulso energético logarítmico y la modificación de fases de la estructura mallada de la onda gravitón fase/gravitón energía, la denominamos impulso de oscilación.
El impulso de oscilación es capaz de modificar la estructura onda/energía, generando una correlación implícita con la estructura de las partículas fundamentales conocidas.
De igual manera, los osciladores alteran el entorno de emisión-recepción, en el organismo. Así, las ondas que se generan desde dentro de él, modulan su oscilación en función de los estados de relajación, concentración y concentración, ampliando el período de la señal.
En el caso contrario, los estados de ansiedad, nerviosismo e irritación, acortan el periodo de ésta.
Cuando trabajamos de forma prolongada y consciente los estados de relajación, estamos interactuando con los procesos biofísicos de los receptores AMPA y NMDA, que actúan como amplificadores de la resonancia entre las RS Externas y los circuitos descritos en el IRCAISCIC20100703.
Recientemente se ha demostrado que el Ca++ y la Calmodulina, son los responsables de la generación de este efecto de resonancia electromagnética interna. Por así decirlo, la suma de un Ión de Calcio (+) marca la diferencia entre el estado normal y la señal modulada respecto de la recepción de las frecuencias medidas por Polk.
La sintonización óptima se produce en el entorno de los 13Hz, que justamente coincide con la banda superior de oscilación del alfa y la banda superior del pico de frecuencia intermedia de las RS correspondientes al diagrama de Polk.
Curiosamente se ha detectado que en este proceso de convergencia, existe una coherencia de señal en el resto de las constantes biológicas del individuo.
En concreto, la señal del electrocardiograma y el electroencefalograma de individuos en estado de relajación, presentan exactamente idéntico perfil de señal.
De esta forma, definimos la convergencia en términos de una función de transformada de Fourier convergente entre las Frecuencias de la Tierra medidas por Polk y las frecuencias oscilantes estabilizadas en el ser humano.
Cuando Tierra y Ser humano, resuenan a la misma frecuencia de forma continua, se genera el efecto biofísico estudiado en IRCAISCIC20100703 y la consecuencia prolongada de esta convergencia potencia los procesos del aprendizaje, el bienestar y la regeneración celular de tejidos.
A largo plazo, interactúa con el ADN, mediante la producción de aminoácidos que actúan como Qbits en los procesos de replicación, sin intervención de los puentes de hidrógeno.
Nuestro planeta está rodeado de una capa de partículas cargadas eléctricamente que conforman la ionosfera. La capa inferior de ésta se extiende a unos 60-80 Km de la corteza y actúa como una pantalla reflectora de ondas de radio, filtrando una pequeña parte residual de ellas.
Las fluctuaciones naturales de estas ondas se producen de forma diaria como consecuencia de las tormentas solares, de los rayos cósmicos procedentes del espacio y de las ondas subcuánticas y cuánticas procedentes del centro de la Galaxia.
En la medida en que la ionosfera está altamente ionizada con cargas positivas, y la Tierra con cargas negativas, se produce una diferencia que actúa como un generador natural de energía. Este potencial diferencial de energía, es variable, pero oscila como media entre los 150-250 voltios por metro.
Los vientos solares al interactuar con las capas superiores de la atmósfera que están en continua convención, actúan como un generador de producción continua de energía. La capa inferior de la atmósfera, actúa como un acumulador de energía, como una batería.
Esta misma relación electromagnética afecta a nuestro organismo, que es capaz de interactuar también con las cargas electromagnéticas de la Tierra y de las capas inferiores de la atmósfera, modificando y retroalimentando flujos de energía.
Una manifestación externa de este efecto, es nuestra capacidad de gestionar la electricidad estática. Por así decirlo, generamos nuestro propio campo electromagnético, como consecuencia de las diferentes reacciones Bioquímicas que somos capaces de generar.
En 1957, el Físico Alemán Dr.W.O.Schumann calculó las frecuencias correspondientes a la caja de resonancia generada por la interacción entre la Tierra y la Ionosfera, y fijó entre 7,8 y 13Hz la resonancia permanente y predominante de la Tierra.
Ya sabemos que la salud humana está interconectada con los parámetros geofísicos mediante las Resonancias Schumann. Igualmente en esta línea un gran número de estudios científicos se han realizado para determinar la relación entre las tormentas ionosféricas y el geomagnetismo.
De hecho, la relación ionogenomática es la que nos proporciona las claves que ya apuntó Hainsworth y que indirectamente Miller ha demostrado a nivel biofísico con la formulación del principio de Miller o de coherencia: Ese efecto contagio, es la prueba de la comunicación convergente y desde 2010, sabemos determinar el punto exacto de la oscilación en función del potencial del generador humano: El Diferencial König-Guerrero. (DKG)
La modulación convergente del DKG, oscila en estructuras tribanda y pentabanda, al igual que cualquier antena de telecomunicaciones.
Cada ser humano presenta una configuración biofísica diferente, pero oscilante en la banda de frecuencia de anclaje comprendida entre los 5-6 Hz (la banda inferior), los 7-8Hz (la banda intermedia) y los 8.5-9Hz (la banda superior).
Se denomina banda de anclaje, porque corresponde a los valores desde los que cada ser humano intersecta la frecuencia de la Tierra, entre los 7,8-13Hz. Precisamente es desde los valores de la franja inferior del Alfa, donde se alcanza el óptimo de resonancia por conexión (El superior del Alfa o Alfa consciente en los 12,9Hz).
Esta estructura se denomina convergente, ya que es capaz de oscilar y sintonizar con la banda permanente de la Tierra, medida por Schumann, y se representa como una función Convergente de Transformada Fourier que toma como valores de referencia los representados en el diagrama de medición de Polk.
Cuando los estados del individuo son alterados o involuntarios, la disposición de los valores del Alfa presenta dificultades de acceso, por lo que denominamos estados adivergentes a situaciones prolongadas en el tiempo que mantienen una dispersión entre los valores correspondientes a los ritmos biofísicos y los valores de referencia representados en el diagrama de medición de Polk.
Bajo estas circunstancias se aprecian estados inarmónicos de ánimo, salud, etc…
Finalmente, un porcentaje muy reducido de individuos (5%), presenta una configuración biofísica no convergente con las Resonancias Schumann sin que se aprecie sensibilidad alguna a las oscilaciones de las bandas, ni tampoco se detecten patrones de dispersión en los rangos de Polk.
Curiosamente y a diferencia del resto, presentan capacidades de gestión de ritmos constantes de Stress y Rendimiento alto en valores próximos a 77Hz, manteniendo inalteradas sus constantes vitales.
Presentan un diagrama emocional plano y sus constantes vitales “aparentemente” no varían en función de sus estados de ánimo reportados.
Resulta extremadamente curioso comprobar cómo este pequeño porcentaje de individuos no manifiesta sensibilidad alguna a los estados emocionales. Son capaces de acelerar del reposo a la actividad máxima, de estados de reposo físico a máximo rendimiento, sin experimentar emociones, ni sentimientos.
En dicho estudio, se analizó la correlación existente entre las ondas cerebrales y las RS. Una investigación posterior, confirmó de nuevo la relación existente entre la salud humana y el bienestar y determinados fenómenos psíquicos relacionados con las RS. (Dutton 1977).
Hainsworth ya anticipó una clara distinción entre la contaminación electromagnética peligrosa y la existencia de las Ondas Electromagnéticas beneficiosas, tomando como referencia los pulsos electromagnéticos procedentes de tecnologías como HAARP [High-frequency Active Auroral Research Program], altamente peligrosas, pues supone el envío de violentas pulsaciones hacia la Ionosfera terrestre y que potencialmente pueden interferir las RS en la superficie del planeta y ciertamente afectar a toda la biosfera y en particular al comportamiento y la salud del ser humano.
Recientemente, algunos investigadores como (RL Guerrero y D. Broers 2010) han descubierto que las frecuencias de las RS se han ido incrementando en algunos ciclos por segundo respecto a las mediciones efectuadas por Polk y en consecuencia afectando la lógica de los procesos biofísicos, las estructuras del ADN y los procesos de negociación del sistema nervioso.
Este proceso se ha denominado: Relación Ionogenomática y se define como la interelación entre la biofísica, la ionosfera y el ADN, mediante los paquetes de datos que van asociados a las RS.
El ingeniero de Telecomunicaciones Lewis B Hainsworth, fue el primero en sugerir que la salud humana estaba vinculada con los parámetros geofísicos através de las RS naturales.
En su hipótesis original, los ritmos de actividad alfa cerebral interactuaban con las RS armonizando los procesos de las señales electromagnéticas del cerebro. Hainsworth, añadía que la percepción de bienestar y/o malestar físico estaba en relación causa-efecto con las ELF, por lo que las interferencias en las RS Ionosféricas, alterarían igualmente la salud.
Finalmente Hainsworth concluía que las frecuencias procedentes de las ondas cerebrales interactuaban con las emisiones RS y generaban respuesta, por lo que la lógica de este proceso está interconectada con el proceso evolutivo del ser humano. Hainsworth, concluye que las variaciones en los patrones de las RF y su interacción con las ELF podrían producir efectos desastrosos o beneficiosos para la salud humana.
La naturaleza de los estímulos aplicados, hace complicada la tarea de identificar las respuestas directamente, ya que éstas generalmente se evidencian en la forma de procesos de estados de stress o estados alterados de conciencia.
Las perturbaciones asociadas a dichas variaciones implican un drástico incremento en desórdenes mentales, conducta antisocial, somatización de estados de dolor y otras perturbaciones neurológicas. Así mismo, las interferencias en el proceso de negociación con las RS, también han estado asociadas con procesos de crecimiento anormal de tejidos (cancer) e inmunodeficiencia.
Todos estos factores podrían condicionar la aparición de nuevos trastornos y enfermedades probablemente acompañados por una menor resistencia a las infecciones menores, asociado a un incremento anormal de la proliferación de tejidos celulares, incremento del cáncer defectos congénitos de nacimiento, infertilidad y un incremento generalizado de los trastornos psicológicos, adicción a las drogas y suicidio.
Estos problemas psico-socio-biológicos incrementan en escala a medida que existen desviaciones desde los ciclos normales del alfa de 10.4Hz a 13 Hz, con cambios detectables en las características psicológicas y las abilidades mentales.
En este sentido, Hainsworth apuntaba ya que la interacción en el proceso podría interferirse o reforzarse por el propio individuo, de manera que éste adquiriese capacidades autónomas para autoregular sus procesos biofísicos en los procesos de salud consciente. Sin embargo el estudio de Hainsworth se centra únicamente en el nivel inconsciente.
Finalmente Hainsworth señala la necesidad de investigar en el marco de las medidas naturales de las señales de RS así como sus interferencias, variaciones, y amplitudes de onda, anchos de banda, espectros y compararlas con las estadísticas existentes de ataques cardiacos, tentativas de suicidio, accidentes en carretera, violencia social, accidentes domésticos, crímenes, etc.
En esta línea, surgen estudios como los llevados a cabo por Krippner y Persinger en 2001, en los que se buscan correlaciones entre experiencias psíquicas y movimientos de las placas tectónicas, así como la percepción de realidades cuánticas, informes de abducciones, avistamientos de OVNIS y otras experiencias biofísicas vinculadas a la modulación de las Resonancias Schumann.
Curiosamente en el estudio realizado por Krippner y Persinger, se adopta una metodología necesaria para ulteriores investigaciones que nos permitirán entender muchos de los aspectos que Hainsworth apunta y que Broers y yo consideramos esenciales.
En la misma línea, existe una evidencia fuerte de interacción entre la radiación microondas y los espectros de modulación de las RS. En este punto (Miller & Miller 2001), relacionan los efectos a corto, medio y largo plazo de las interacciones entre las ELF y las señales de HAARP.
En (“Synthetic Telepathy” Miller; Miller 2001), exponen los efectos de las ramificaciones residuales de la contaminación electromagnética y sus consecuencias en los ritmos de modulación de 10 a 50 Hz en el sistema humano.
En (The Diamond Body, 1981 Miller; Miller), ya se expone de forma extensa una aproximación a los beneficios de las RS y el bienestar humano, precisamente relacionado con los ritmos conscientes de relajación natural.
Cuando una persona entra en un estado de relajación profunda, sus ritmos cerebrales y cardíacos pueden ser detectados en un Electro Encefalograma y un Electro Cardiograma, en un ritmo que oscila en un rango comprendido entre los 7 a los 8 Hz.
En este estado, la RS de emisión aparece cuando la frecuencia natural de vibración de un órgano es amplificada por las vibraciones de otro órgano a la misma frecuencia. Denominamos este proceso como efecto Miller o principio de coherencia de las RS.
La cuestión de base implica la capacidad explícita de contagio de las RS, o la externalidad positiva del bienestar a nivel armónico. La relajación coherente, implica la convergencia armónica con los niveles de la RS en todos los órganos del cuerpo humano y por efecto de transmisión entre todos los individuos que realizan el mismo experimento.
Los osciladores alteran el entorno de una forma periódica. Si la onda genera un oscilador armónico de señal larga, incrementa el espectro de amplificación natural de la resonancia, haciendo que el resto de los órganos del cuerpo sintonice la misma señal.
De la misma forma existe una jerarquía de frecuencias individuales y colectivas que enlazan nuestros estados de ánimo y percepciones psicológicas con los osciladores armónicos geofísicos de la carga electromagnética de la Tierra, que curiosamente genera impulsos en el espectro de Polk: De 7Hz a 50Hz.
Por simplificar, el efecto consiste en sintonizar de forma conjunta las mismas frecuencias desde diferentes espectros de banda, de forma que la resonancia sea convergente precisamente en el espectro de Polk. A este efecto le denominamos convergencia diferencial y es función directa de la convergencia de los diferenciales König-Guerrero de cada ser humano.
Los osciladores alteran el entorno de una forma periódica. Recientes estudios realizados por los hermanos Correa, han determinado que existe una relación lógica entre las estructuras subcuánticas del gravitón y el escenario de modificación del enrejado del quantum.
A esta relación causa/efecto entre un impulso energético logarítmico y la modificación de fases de la estructura mallada de la onda gravitón fase/gravitón energía, la denominamos impulso de oscilación.
El impulso de oscilación es capaz de modificar la estructura onda/energía, generando una correlación implícita con la estructura de las partículas fundamentales conocidas.
De igual manera, los osciladores alteran el entorno de emisión-recepción, en el organismo. Así, las ondas que se generan desde dentro de él, modulan su oscilación en función de los estados de relajación, concentración y concentración, ampliando el período de la señal.
En el caso contrario, los estados de ansiedad, nerviosismo e irritación, acortan el periodo de ésta.
Cuando trabajamos de forma prolongada y consciente los estados de relajación, estamos interactuando con los procesos biofísicos de los receptores AMPA y NMDA, que actúan como amplificadores de la resonancia entre las RS Externas y los circuitos descritos en el IRCAISCIC20100703.
Recientemente se ha demostrado que el Ca++ y la Calmodulina, son los responsables de la generación de este efecto de resonancia electromagnética interna. Por así decirlo, la suma de un Ión de Calcio (+) marca la diferencia entre el estado normal y la señal modulada respecto de la recepción de las frecuencias medidas por Polk.
La sintonización óptima se produce en el entorno de los 13Hz, que justamente coincide con la banda superior de oscilación del alfa y la banda superior del pico de frecuencia intermedia de las RS correspondientes al diagrama de Polk.
Curiosamente se ha detectado que en este proceso de convergencia, existe una coherencia de señal en el resto de las constantes biológicas del individuo.
En concreto, la señal del electrocardiograma y el electroencefalograma de individuos en estado de relajación, presentan exactamente idéntico perfil de señal.
De esta forma, definimos la convergencia en términos de una función de transformada de Fourier convergente entre las Frecuencias de la Tierra medidas por Polk y las frecuencias oscilantes estabilizadas en el ser humano.
Cuando Tierra y Ser humano, resuenan a la misma frecuencia de forma continua, se genera el efecto biofísico estudiado en IRCAISCIC20100703 y la consecuencia prolongada de esta convergencia potencia los procesos del aprendizaje, el bienestar y la regeneración celular de tejidos.
A largo plazo, interactúa con el ADN, mediante la producción de aminoácidos que actúan como Qbits en los procesos de replicación, sin intervención de los puentes de hidrógeno.
Nuestro planeta está rodeado de una capa de partículas cargadas eléctricamente que conforman la ionosfera. La capa inferior de ésta se extiende a unos 60-80 Km de la corteza y actúa como una pantalla reflectora de ondas de radio, filtrando una pequeña parte residual de ellas.
Las fluctuaciones naturales de estas ondas se producen de forma diaria como consecuencia de las tormentas solares, de los rayos cósmicos procedentes del espacio y de las ondas subcuánticas y cuánticas procedentes del centro de la Galaxia.
En la medida en que la ionosfera está altamente ionizada con cargas positivas, y la Tierra con cargas negativas, se produce una diferencia que actúa como un generador natural de energía. Este potencial diferencial de energía, es variable, pero oscila como media entre los 150-250 voltios por metro.
Los vientos solares al interactuar con las capas superiores de la atmósfera que están en continua convención, actúan como un generador de producción continua de energía. La capa inferior de la atmósfera, actúa como un acumulador de energía, como una batería.
Esta misma relación electromagnética afecta a nuestro organismo, que es capaz de interactuar también con las cargas electromagnéticas de la Tierra y de las capas inferiores de la atmósfera, modificando y retroalimentando flujos de energía.
Una manifestación externa de este efecto, es nuestra capacidad de gestionar la electricidad estática. Por así decirlo, generamos nuestro propio campo electromagnético, como consecuencia de las diferentes reacciones Bioquímicas que somos capaces de generar.
En 1957, el Físico Alemán Dr.W.O.Schumann calculó las frecuencias correspondientes a la caja de resonancia generada por la interacción entre la Tierra y la Ionosfera, y fijó entre 7,8 y 13Hz la resonancia permanente y predominante de la Tierra.
Ya sabemos que la salud humana está interconectada con los parámetros geofísicos mediante las Resonancias Schumann. Igualmente en esta línea un gran número de estudios científicos se han realizado para determinar la relación entre las tormentas ionosféricas y el geomagnetismo.
De hecho, la relación ionogenomática es la que nos proporciona las claves que ya apuntó Hainsworth y que indirectamente Miller ha demostrado a nivel biofísico con la formulación del principio de Miller o de coherencia: Ese efecto contagio, es la prueba de la comunicación convergente y desde 2010, sabemos determinar el punto exacto de la oscilación en función del potencial del generador humano: El Diferencial König-Guerrero. (DKG)
La modulación convergente del DKG, oscila en estructuras tribanda y pentabanda, al igual que cualquier antena de telecomunicaciones.
Cada ser humano presenta una configuración biofísica diferente, pero oscilante en la banda de frecuencia de anclaje comprendida entre los 5-6 Hz (la banda inferior), los 7-8Hz (la banda intermedia) y los 8.5-9Hz (la banda superior).
Se denomina banda de anclaje, porque corresponde a los valores desde los que cada ser humano intersecta la frecuencia de la Tierra, entre los 7,8-13Hz. Precisamente es desde los valores de la franja inferior del Alfa, donde se alcanza el óptimo de resonancia por conexión (El superior del Alfa o Alfa consciente en los 12,9Hz).
Esta estructura se denomina convergente, ya que es capaz de oscilar y sintonizar con la banda permanente de la Tierra, medida por Schumann, y se representa como una función Convergente de Transformada Fourier que toma como valores de referencia los representados en el diagrama de medición de Polk.
Cuando los estados del individuo son alterados o involuntarios, la disposición de los valores del Alfa presenta dificultades de acceso, por lo que denominamos estados adivergentes a situaciones prolongadas en el tiempo que mantienen una dispersión entre los valores correspondientes a los ritmos biofísicos y los valores de referencia representados en el diagrama de medición de Polk.
Bajo estas circunstancias se aprecian estados inarmónicos de ánimo, salud, etc…
Finalmente, un porcentaje muy reducido de individuos (5%), presenta una configuración biofísica no convergente con las Resonancias Schumann sin que se aprecie sensibilidad alguna a las oscilaciones de las bandas, ni tampoco se detecten patrones de dispersión en los rangos de Polk.
Curiosamente y a diferencia del resto, presentan capacidades de gestión de ritmos constantes de Stress y Rendimiento alto en valores próximos a 77Hz, manteniendo inalteradas sus constantes vitales.
Presentan un diagrama emocional plano y sus constantes vitales “aparentemente” no varían en función de sus estados de ánimo reportados.
Resulta extremadamente curioso comprobar cómo este pequeño porcentaje de individuos no manifiesta sensibilidad alguna a los estados emocionales. Son capaces de acelerar del reposo a la actividad máxima, de estados de reposo físico a máximo rendimiento, sin experimentar emociones, ni sentimientos.
Fuente: Misterios de la Astrofísica
Muy interesante ,yo tenia cierta idea de las funciones de la resonancia schumann ,pero cuando me fije con detalle , es algo mas grande de lo que fue explicado en un principio.
ResponderEliminarsaludos y sean felices