La vida marina está desapareciendo frente al Golfo de México, del Atlántico y de las costas del Pacífico. Varias agencias del gobierno de Estados Unidos acaban de publicar una evaluación científica conjunta de la crisis. El propósito de su trabajo es aprender cómo prevenir el colapso de la pesca.
"Las aguas costeras de la nación son vitales para nuestra calidad de vida, nuestra cultura y la economía", escribió Nancy Sutley, presidenta del Consejo de Calidad Ambiental, y John Holdren, director de la Oficina de Política Científica y Tecnológica.
Casi todos los estados costeros tienen una zona marina muerta, de Boston, Massachusetts, a la Florida, y alrededor del Golfo de Texas; la costa oeste, e incluso algunos estados de los Grandes Lagos.
Según el informe, en los últimos 50 años las zonas muertas en el mundo han aumentado aproximadamente en un factor de 10 veces. Pero en EE.UU. las zonas muertas costeras han crecido por un factor de 30 veces y siguen creciendo. La causa es la hipoxia (falta de oxígeno en el agua).
La vida marina respira el oxígeno disuelto en el agua del océano o de un lago. Cuando no hay suficiente oxígeno disuelto la vida marina muere.
Durante mucho tiempo se creyó que el calentamiento global era la principal causa, pero muchos científicos ahora creen que los desechos de fertilizantes que se escurren de los campos de cultivo ricos en abono son el principal culpable. La filtración de fertilizantes estimula el crecimiento de algas que absorbe el oxígeno del agua sin dejar nada para otros tipos de vida.
La teoría del calentamiento global no puede ser totalmente rechazada. El aumento de las temperaturas atmosféricas y oceánicas da a las algas un entorno más propicio para su desarrollo.
Si este asunto no se resuelve en un futuro próximo, entonces tanto el pueblo estadounidense como el mundo entero enfrentaran serios problemas ambientales y económicos. Muchas especies pueden desaparecer de su hábitat o extinguirse, mientras que el precio del pescado, camarón y otros alimentos del mar podría elevarse fuera de control.
Este es un tema que el gobierno se toma muy en serio. En el 2004, el Congreso promulgo la ley de “La hipoxia y la acumulación de algas en el sistema acuático”, que describe a la hipoxia del océano como probablemente el problema ambiental más perjudicial y complejo que enfrenta el mundo hoy en día. El informe interinstitucional fue encargado por el presidente Barack Obama y participaron de la redacción los principales contribuyentes del gobierno, tales como la Oficina de Ciencia y Tecnología y el Consejo de Calidad Ambiental.
Se pone un nuevo énfasis en la hipoxia del océano desde la perspectiva de la filtración de fertilizantes, y las direcciones de las medidas a tomar sobre esta crisis; tales como el control constante del nivel de oxígeno del océano, y métodos para reducir la cantidad de fertilizantes que se diluyen en las aguas. Si se aplicaran prácticas agrícolas más sanas a lo largo de los ríos Mississippi y Missouri; entonces se podría frenar el crecimiento de zonas muertas en el Golfo de México, por ejemplo.
La situación no puede ir más allá del punto de no retorno. Así como el desarrollo de los agujeros en la capa de ozono se elimina con la prohibición de ciertos gases; éste problema puede ser corregido si se toman las medidas adecuadas en el tiempo. Ver el informe completo.
METANO EN GOLFO DE MÉXICO PODRÍA CREAR "ZONA MUERTA"
Al principio se bendijo la presencia de bacterias que se alimentaban de hidrocarburos del petróleo y que no abusaban del oxigeno. Sin embargo, hoy los científicos advierten que la población de estos microbios no se puede controlar.
Incluso los más hacendosos ecologistas se tranquilizaron cuando los científicos confirmaron que la actividad de los microbios no sólo degradaba el petroleo del derrame, sino que evitaba el alto consumo de oxígeno en el agua, evitando una ''zona muerta'' que pudiera ser peligrosa para la vida de otros.
"Nuestros hallazgos muestran que el influjo de crudo alteró profundamente la comunidad microbiana al estimular significativamente, a las bacterias de aguas profundas que viven a bajas temperaturas y que están estrechamente relacionadas con microbios que ya son conocidos como degradantes del petróleo", había dicho por abril Terry Hazen del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, en Berkeley, California.
Y esa alteración, hoy preocupa.
Según un informe del diario español El País, los estudios actuales constataron que estos microbios -que consumen propano, etano y seguramente butano- alteraron el ciclo normal y las colonias existentes.
"Ante esta situación, cabe esperar, afirman, una sucesión de ciclos de auge y decadencia de colonias de bacterias de una y otra especialización", publica el rotativo.
Pese a los pronosticos de alerta, los científicos aún no saben cuáles serían las consecuencias de esta superpoblación. De todas formas queda claro que las secuelas del derrame de la plataforma del Golfo de México, Deepwater Horizon, recién empiezan a verse.
Fuente: Infobae
METANO EN EL GOLFO DE MÉXICO PODRÍA CREAR "ZONA MUERTA"
En zonas cercanas al derrame de petróleo en el Golfo de México se han encontrado concentraciones de gas metano de hasta un millón de veces arriba de lo normal, una cantidad lo suficientemente grande como para agotar el oxígeno y crear “una zona muerta”, dijo un científico estadounidense a la agencia Reuter.
El metano permanece de forma natural en el agua del mar, pero en altas concentraciones estimula el crecimiento de microbios que engullen el oxígeno necesario para la vida marina.
Una “zona muerta” implica que plantas y animales podrían desaparecer a causa de la falta de oxígeno y alimento.
INVESTIGACIÓN
John Kessler, profesor y oceanógrafo de la Universidad de Texas A&M, al regresar de una expedición de investigación de diez días cerca del derrame de crudo del pozo de British Petroleum (BP), dijo que los niveles del gas metano en algunas áreas son “asombrosamente altos”.
El personal de Kessler tomó muestras, tanto de la superficie como de aguas profundas en un radio de 8 kilómetros en torno al pozo roto.
“Hay una cantidad increíble de metano allí”, dijo Kessler a los reporteros vía teléfono.
En algunas áreas, el personal, integrado por 12 científicos, encontró concentraciones de hasta 100,000 veces arriba de lo normal.
“Pero en otras vimos casi un millón de veces arriba de las concentraciones esperadas”, afirmó Kessler.
Los científicos trataron de confirmar si el gas metano ha reducido los niveles de oxígeno en el agua, necesarios para mantener la vida marina.
“En algunos lugares vimos reducciones superiores al 30 por ciento del oxígeno que debería haber de forma natural en las aguas. En otros sitios no vimos ninguna reducción del oxígeno. Ahora necesitamos determinar porque se da eso”, acotó.
Kessler dijo que la reducción del oxígeno no ha alcanzado un nivel crítico aún, pero el petróleo aún está fluyendo en el Golfo a un promedio de 60,000 barriles diarios, según estimaciones del gobierno estadounidense.
“¿Qué va a pasar dentro de dos meses, seis meses o dos años?, se preguntó.
El metano es un gas natural que se disuelve en el agua marina y algunos científicos creen que al medirlo se puede obtener una imagen más exacta de hasta donde alcanza el derrame de petróleo.
Kessler dijo que su equipo ha tomado esas medias y que está esperando dar resultados concretos muy pronto.
“Dennos una semana y tendremos algunos datos preliminares”, sostuvo.
ALARMA
En base a las declaraciones de Kessler algunas organizaciones ecologistas han elevado una voz de alarma y advierten que esa “zona muerta” podría extenderse hasta unas 200 millas alrededor del área del derrame.
De hecho, algunas organizaciones, citando al periodista investigador Wayne Madsen, aseguran que la BP está utilizando un dispersante de petróleo llamado Corexit 9500, el cual al mezclarse con el vapor de las aguas del golfo está formando nubes tóxicas que a su vez podrían desatar tormentas que representen un peligro para las plantas y animales.
Según esas voces alarmantes, esa combinación de nubes tóxicas y de gas metano podría a la larga obligar a una evacuación de las ciudades estadounidenses cercanas al golfo de México, en los estados de Luisiana y Texas.
Fuente: Tiempo
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