La era de la neurocosmética está aquí. Pastillas para mejorar el rendimiento, la memoria, sincronizar los hemisferios cerebrales, mantenerse alerta o hasta para tener sueños lúcidos. Pijama Surf investiga el mundo de las drogas inteligentes, sus beneficios, consecuencias y la sociedad que las consume.
La era de la neurocosmética está aquí. Pastillas para mejorar el rendimiento, la memoria, sincronizar los hemisferios cerebrales, mantenerse alerta o hasta para tener sueños lúcidos. Pijama Surf investiga el mundo de las drogas inteligentes, sus beneficios, consecuencias y la sociedad que las consume.
Matrix, donde el protagonista, Neo, se enfrenta a la disyuntiva de tomar una pastilla azul o una pastilla roja para definir si permanece en el mundo de la ilusión (la matrix) o decide despertar para atravesar el espejo y ver ”que tan hondo va el agujero del conejo”. Lo interesante de esto es que (además de que una pastilla parece servir como el cadenero del portal dimensional) en la película como en el nuevo paradigma, las drogas se vuelven software, un programa definido para realizar ciertas funciones. Como si no sólo fueran una pastilla sino también un botón (de on) en nuestro cuerpo que activara un nuevo sistema operativo y/o desactivara otro.
La tentación es grande, más allá de ensoñaciones cósmicas , la posibilidad real de mejorar nuestro rendimiento de manera cualitativa y cuantitativa con la simple ingestión de una pastilla que no produce efectos nefastos. Cuya cruda,en muchos casos, es menor que la del café o el tabaco. ¿Quién no tomaría una pastilla como estas antes de un examen importante, una cita con un inversionista o hasta con una mujer a los que se quiere impresionar?
Esta es la pregunta que cada vez más está en la cabecera de millones de personas en el mundo. Los noótropicos o drogas inteligentes (brain enhancers,, cogntive drugs) viven un auge en ciertos sectores de la sociedad y pronto podrían masificarse como las sustancias que aumentan el desempeño sexual o los productos de belleza. Tomando así una nueva dimensión “neurocosmética” y planteando nuevos paradigmas en los ámbitos intelectuales. Como el dopaje en el béisbol, la academia podría entrar a la era de los esteroides cerebrales. Y en muchos nichos esto ya es una realidad cotidiana.
En Silicon Valley, algo como la Florencia de los Medicis, pero en el mundo digital, el auto medicamento de sustancias que exaltan la proficiencia mental, es un hábito común (iPhones, laptops y modafinil). Michael Arrington, creador del popular sitio Techcrunch, escribió hace unos meses un artículo( How Many Silicon Valley Startup Executives Are Hopped Up On Provigil?) donde discurre en términos bastante positivos sobre el uso del Provigil (nombre comercial en Estados Unidos del modafinil) entre los ejecutivos de la meca tecnológica. El mismo ejercito de Estados Unidos dio a conocer que estaba probando el modafinil con pilotos de la Fuerza Aérea, algo que , como reveló The Guardian, ya hacían los soldados británicos. La revista Wired publicó una carta en la que un empleado de una compañía de tecnología pedía consejo sobre una peculiar disyuntiva: acusar a uno de sus cotrabajadores que tomaba modafinil con su jefe o empezar a tomarlo él también. Pues al parecer el desempeño de su colega era de a poco superlativo y su jefe lo presionaba para que él también entregara resultados sobresalientes. Un caso emblemático de lo que sucede en las empresas de alta competencia interna.
El modafinil, una sustancia desarrollada para tratar la narcolepsia, es ,sin duda, la droga de preferencia en estos momentos entre quienes buscan ser más productivos, superando al Adderall y a la Ritalina, algo como la hot new pill que promete excelentes resultados sin los efectos secundarios de las anfetaminas. Sin embargo estudios recientes revelan que el zeppelin eufórico de su benevolencia podría estar por desinflarse, al encontrársele adictiva y posiblemente tener efectos en la capacidad natural de producir dopamina del cerebro.
La revista New Yorker pública en su última edición un artículo(Brain Gain), donde se hace una investigación bastante completa con selectos usuarios de sustancias para aumentar la performance del cerebro. Entre ellos, Paul Phillips un exitoso programador vuelto estrella de Poker, (y luego jugador profesional de Scrabble) el cual relata su jugosa experiencia utilizando Adderall y luego Modafinil para enfrentar largos torneos, y beneficiare de el estado de alerta y aguda observación en el que le colocaba la sustancia (los esteroides cerebrales no son prohibidos en el poker, comenta Phillips). Sin embargo, después de un tiempo, Phillips notó que su cerebro se acostumbraba al fármaco y que tomar más no provocaba una diferencia. Al dejar el Modafinil los síntomas de abstinencia se hicieron presentes. Difícil saber si Phillips hubiera sido capaz de ingresar los cientos de miles de dólares que ha ganado jugando poker sin Adderall y Modafinil, pero él no se arrepiente, incluso habla de cómo los habría usado en su época universitaria para devorar libros y destacarse entre sus congéneres. Algo que, como el mismo artículo señala, hacen muchos otros estudiantes de prestigiosas universidades.
La definición de los nootrópicos es bastante borrosa, algunos hablan de sustancias que elevan el rendimiento del cerebro sin tener efectos secundarios negativos contundentes. Esto dejaría fuera a las anfetaminas y sus derivados, la sustancia, después del café, más usada para mejorar o revolucionar el desempeño mental en el siglo pasado. Entre los usuarios más reconocidos de las anfetas o speed, en el slang, están Elvis Presley, John F. Kennedy y Adolf Hitler. Y en un plano específicamente intelectual: Jean Paul Sartre, W.H. Auden, Phillip K. Dick y Jack Kerouac, los cuales en algún momento padecieron su adición física y dependencia para escribir.
La anfetaminas preferidas de su tiempo eran la Dexedrina y la Benzedrina (tren en el cual se dice Kerouac escribió On the Road, casi de una sentada, en un frenesí que creó su famoso estilo de la prosa espontánea sin correcciones). En la actualidad, la Ritalina (la llamada coca de los niños )y el Adderall dominan el mercado, favoritas particularmente de los estudiantes que buscan mejorar su S.A.T´s e ingresar a universidades del Ivy League y que se someten a sesiones maratónicas de estudio. Sus efectos secundarios y su formación de dependencia han sido comprobados.
Pero más que las anfetaminas e incluso el Modafinil, hay otras sustancias de mayor auspicio, algunas de mayor sutileza, sin resultados tan vehementes, pero tal vez mucho más interesantes para lo que algunos han llamado, parafraseando a Timothy Leary, el hackeo mental. Entre ellas están los racetams, los cuales, a diferencia de las anfetaminas que actúan sobre la dopamina o los antidpresivos, también usados en algunos casos como brain enhancers, que actúan sobre la serotonina, los racetams tienen efecto sobre la modulación de los neurotransmisores acetilcolina y el glutamato. El racetam más conocido y responsable de alguna manera de acuñar el término “nootrópico”, es el piracetam, comercializado como nootropil. El piracetam, a diferencia del Modafinil, parece tener efectos no sólo y no tanto en la concentración (mindfulness) o en la memoria, sino en el pensamiento abstracto y en el flujo lingüístico, ligándose más a un uso creativo y hasta holístico (según algunos los racetams sincronizan los hemisferios del cerebro). El aniracetam, es otro racetam, de mayor potencia, que parece ser el preferido entre los avezados.
Otros nootrópicos populares son la hydergina , la colina, y la galantamina. La hidergina fue desarrollada por el Doctor Albert Hoffman, el creador del LSD, en los laboratorios de Sandoz, en Suiza. Al igual que el LSD, la hidergina proviene del ergot, su nombre químico es Ergoloid mesylates. Al igual que otros nootrópicos fue desarrollado para tratar padecimientos de demencia senil como el Alzheimer. Algunos estudios muestran efectos prometedores en el proceso de anti-envejecimiento de las nueronas. En Japón, el Nootópico más popular es el nicergoline, el cual parecer ser similar a la hydergina, pero con mayor potencia.
La colina (química), es el nootrópico de preferencia para tomar con otras sustancias y aumentar su efecto. Su venta no requiere de receta (se puede adquirir como Alpha GPS en cualquier tienda de vitaminas) ya que es considerado un suplemento alimenticio. Estudios en ratas demuestra resultados positivos en pruebas de memoria y en la capacidad de realizar ciertas tareas motrices, incluso en siguientes generaciones.
La galantamina, también desarrollada para el tratamiento del Alzheimer y de extracción natural (Lycoris radiata), se ha vuleto popular particularmente como una sustancia que permite recordar mejor los sueños. Es generalmente la sustancia activa dentro de las populares pastillas para tener sueños lúcidos que se venden en Internet.
Tal vez los nootrópicos que más prometen son los ampakines, el más nuevo y flamante grupo de compuestos en a la familia índigo de las drogas inteligentes. Se encuentran apenas en estado de prueba y son sumamente difíciles de conseguir (además de caros). Los ampakines toman su nombre por su interacción con los receptores AMPA del glutamato, su activación de los receptores AMPA es mucho más fuerte que la de los racetams. Estudios científicos ofrecen resultados prometedores de sus beneficios mnemónicos y en el proceso de revertir el envejecimiento. En la actualidad DARPA investiga sus beneficios en efectividad militar. La farmacéutica Cortex se encuentra desarrollando ampakines, muchos de los cuales aún tienen nombres como de galaxias o aviones, CX-1739, por ejemplo. Los ampakines podrían ser la primera piedra en el camino al “resplandor de una mente eterna con recuerdos”.
Aunque los nootrópicos no han salido de una etapa beta y queda mucho por descubrir y comprobar científicamente, el boom de las neurociencias -al igual que, en su campo de estudio, la biología en la última década del siglo pasado- , se encuentra cerca de producir un mapa del cerebro, una especie de neuroma humano, donde se atisba la exégesis del texto constitutivo del cerebro, lo cual permitiría leer la mente y hasta grabar los sueños y explicar por fin el insondable misterio del pensamiento, el átomo de la inteligencia, esto va perfectamente acompañado del desarrollo de nuevas sustancias que no sólo sean capaces de curar enfermedades como el Parkinson, el Alzheimmer o el ADHD, sino también maximicen las capacidad del ser humano y conquisten su propia naturaleza. Es el terreno del auto diseño y la auto programación. A un lado también se encuentra el transhumanismo y el uso de la nanotecnología para extender la vida y optimizarla. La zona de la ciencia ficción y de pioneros como Ray Kurzweil (quien vaticina la llegada de la inteligencia inmortal poco después del 2030). Necesariamente la zona de una nueva ética humana que defina el uso de los nootrópicos en ámbitos laborales o intelectuales y hasta que punto el acceso a estas sustancias (que probablemente se fusionaran con nanotecnología) estará dictado por el capital económico y/o el poder militar. O para algunos, desde la bioética y la religión, hasta que punto es válido alterar nuestras capacidades innatas, cuando no padecemos una enfermedad como tal.
Por lo pronto la posibilidad es real (en México es fácil ir a cualquiera farmacia y comprar un arsenal de nootrópicos sin receta médica), pero aunque en algunos casos los resultados son innegables (los estudios a largo plazo son incompletos), queda la pregunta individual de qué tan inteligente es tomar drogas inteligentes. ¿Tomar o no tomar la pastilla?, esa es la cuestión que acecha en el laberinto del futuro de la mente humana.
Link : http://www.pijamasurf.com/2010/04/nootropicos-hackeando-el-cerebro-con-sinteticos/
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